Durante los últimos
meses, el término “sin precedentes” ha estado en el centro de todas las
conversaciones de negocios. La dirección de las empresas y los inversores
siguen tratando de evaluar el impacto de una pandemia mundial sin precedentes y
de cierres no antes vistos en las economías mundiales y en las empresas.
En ese contexto,
algunas empresas han registrado cargos por deterioro de sus activos en el
primer trimestre de 2020. Otras empresas pueden seguir el ejemplo y es posible
que veamos muchos más cargos extraordinarios por deterioro en los próximos
resultados trimestrales.
Como inversor a
largo plazo, ¿cómo deberíamos percibir a las empresas que están haciendo estos
cargos por deterioro de activos? ¿Deberíamos castigar a la empresa por
reconocer pérdidas tan enormes o ser indulgentes considerando que la pandemia
mundial "sin precedentes" y el bloqueo resultante estaban fuera del
control de la dirección?
La respuesta a esa
pregunta se encuentra en otro conjunto de preguntas.
¿La pandemia mundial
ha causado estos deterioros o la empresa lo está usando como excusa para
limpiar sus libros? En tiempos difíciles, cuando los beneficios y el precio de
las acciones están deprimidos, un lavado contable en forma de deterioro de
activos da la oportunidad de impulsar las ganancias futuras. Es probable que el
mercado descuente esta gran depreciación como un coste único, y que en los años
siguientes la empresa pueda cargar una menor depreciación sobre el valor de ese
activo, lo que se traducirá en mayores beneficios.
Para evaluar si el
deterioro ha sido causado por la pandemia, un inversor debe tratar de calibrar
si el entorno comercial de la empresa ha cambiado de manera material y
permanente. ¿Habría funcionado ese negocio sin problemas, si no hubiera habido
una pandemia? ¿Y el porcentaje de activos deteriorados está en línea con el
porcentaje de pérdida de negocio?
Evaluemos los cargos
por deterioro reconocidos con el ejemplo de una empresa de trabajo temporal.
En el cuarto
trimestre del año fiscal 2020, esta empresa deteriora sus activos intangibles
(en su mayoría relaciones con clientes adquiridos) y el fondo de comercio por
casi 6.400 millones de euros, lo que equivale al 44% de su inversión total en
adquisiciones y ha eliminado ~22% del patrimonio neto de la compañía. La dirección
de la compañía atribuye el deterioro a la interrupción de los negocios
provocada por el Covid-19 y a la incertidumbre futura. También indica que
podría haber un mayor deterioro en próximos períodos.
Esta compañía ha
sido muy activa realizando compras, con más de 20 adquisiciones en sus últimos
13 años de existencia. El análisis de los flujos de caja de la empresa muestra
que la inversión para adquisiciones es más de 8 veces sus flujos de caja
operativos. Este número de adquisiciones y la cantidad invertida evidencian que
es una empresa orientada a crecer de manera inórganica.
Las razones de la
dirección para realizar estas adquisiciones fueron principalmente la diversificación
en diferentes verticales de negocios y geografías. En algunas de las
adquisiciones la intención era restructurar las empresas adquiridas.
El negocio del
trabajo temporal es un servicio ligero de activos. Importantes motores del
negocio como los empleados, los contratos con clientes y las relaciones
comerciales no se reflejan en el balance, por lo tanto, la mayor parte del
coste de las adquisiciones fue de intangibles. Para evaluar la idoneidad del
precio pagado, debemos mirar los múltiplos basados en beneficios.
El fondo de comercio
constituye cerca del 50% de la inversión en sus cinco últimas adquisiciones.
Este fondo de comercio está por encima del valor justo estimado de las
"relaciones con los clientes" de la empresa adquirida.
Quizás si comparamos
las adquisiciones con la valoración de la propia empresa, a primera vista, los
múltiplos de adquisición pueden no parecer altos.
Analizamos entonces
la evolución de los márgenes de las compañías adquiridas, y vemos que, incluso
antes de la pandemia global, estos márgenes fueron disminuyendo durante dos
años.
En el primer trimestre
de 2020, la compañía deteriora el 55% de su inversión en una adquisición y el 64%
de otra. El pobre desempeño de las adquisiciones y el subsiguiente deterioro
sugieren una mala asignación de capital.
Otro episodio que
cuestiona la asignación de capital responsable de la compañía es su inversión
en un negocio no relacionado con su negocio principal.
En el año fiscal 2019
la compañía adquirió el 70% de una compañía por 100 millones de euros y da un
préstamo anticipado de 125 millones. Parte del anticipo fue devuelto durante el
año y em diciembre de 2019 la cantidad pendiente del préstamo y los intereses
acumulados ascendían a 177 millones de euros.
Inmediatamente en el
siguiente año, en el cuarto trimestre del año fiscal 2020, la compañía canceló
243 millones de euros relacionadas con la inversión de capital y los préstamos
concedidos a la empresa, alegando la ausencia de viabilidad económica. La
cancelación en exceso sobre el balance inicial indica que se hicieron
inversiones adicionales en esa entidad durante el año fiscal 2020.
Aunque en
comparación con el tamaño total de la empresa, la cantidad invertida en esta
compañía no es significativa, cuando el balance propio de la empresa está muy
apalancado, es difícil comprender la razón para desviar fondos a negocios no
vinculados con la actividad principal.
Si bien los márgenes
operativos del negocio principal se han mantenido bastante estables, los
márgenes consolidados han mostrado una tendencia a la baja que indica peores
márgenes de las empresas adquiridas. La elevada proporción de fondo de comercio
en las adquisiciones ha hecho descender la tasa de rotación de activos y, por
consiguiente, ha reducido el rendimiento del capital empleado.
La disminución de
los ingresos y los márgenes de los negocios adquiridos después de las
adquisiciones plantea interrogantes sobre la capacidad de ejecución de la
dirección, especialmente cuando la razón para adquirir los negocios era darles
la vuelta. Además, el débil rendimiento de las empresas adquiridas desde el año
fiscal 2018 también sugiere que estas inversiones eran problemáticas incluso
antes de que el mundo se viera afectado por la pandemia mundial. El Covid-19
simplemente ha sacado a la superficie la cuestionable asignación de capital.
Un inversor también debe tener en cuenta que el deterioro ha reducido el patrimonio neto de los accionistas en casi un 22%. Además, debido a la disminución del valor de las relaciones con los clientes, los futuros gastos de amortización anual serían menores en 153 millones euros. Esto aumentaría el RoE de la compañía en 224 bps y el margen operativo en 14 bps.
Fuente /
Autor: Multi Act / Harshal Visariya y Nimisha Pandit
https://multi-act.com/questionable-capital-allocation-questionable-impairment
Imagen:
lynda.com
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