Recientemente el mercado bursátil estadounidense ha vivido el mayor rally de 50 días de su historia, tras revalorizarse un 47% desde el mínimo intradía del 23 de marzo (2.192) hasta el cierre del 8 de junio (3.232). Impresionante. Desde el 8 de junio, el mercado ha corregido, pero no por mucho (3.098). Seguimos hablando de una subida espectacular. Y se ha visto en, probablemente, el peor entorno económico de la historia. 

Actualmente hay en Estados Unidos 29,2 millones de personas percibiendo un seguro de desempleo estatal y federal. Hay muchas más que han perdido su trabajo y que no son elegibles para estos seguros o cuyo estado no ha procesado aún la solicitud, que, cuando se suman, representan más del 20% de la fuerza laboral. Impresionante también.

Tenemos una economía que se está desplomando más y a mayor velocidad que en la Gran Depresión y, sin embargo, un mercado que sube como pocos lo han hecho en el pasado. Es cierto que los mercados bursátiles se adelantan a los acontecimientos, pero, aun así, se trata de una dicotomía sorprendente.  ¿Cómo es esto posible? La respuesta parece encontrarse en el edificio Marriner Eccles, sede de la Reserva Federal.  

Las extraordinarias medidas de rescate de la Reserva Federal para evitar que un desastre sanitario y económico se convierta en un terremoto que provoque un colapso del mercado, inyectando en el sistema financiero 2,3 billones de dólares en un mes y 2,8 billones en tres meses, además de lo que otros bancos centrales a nivel mundial estaban haciendo, ha sido un evento sin precedentes. Lo que llevó muchos meses en 2008 y 2009 se hizo esta vez en apenas unas semanas.

Y los fuegos artificiales probablemente hayan sorprendido incluso a la propia Reserva Federal.


Fuente: Yardeni Research, Inc


Los mercados de crédito que se habían congelado para las compañías de calificación de mayor riesgo se pusieron al rojo vivo, y se desató una fiebre especulativa en los mercados, incluyendo bonos basura emitidos por aerolíneas y compañías de cruceros, aunque sus ingresos se habían reducido entre un 80% o 90% y a pesar de que estaban quemando caja a un ritmo alarmante. 

La situación se volvió tan absurda que las acciones de Hertz, en bancarrota y que probablemente valdrán cero en su reestructuración ya que los acreedores terminarán por quedarse con la compañía, se dispararon desde algo así como 0,40 dólares por acción el 26 de mayo a 6,28 dólares intradía el 8 de junio. 

Recientemente hemos leído las historias de una nueva generación de traders intradía que, desde sus casas, se hacen de oro, y cuyo máximo exponente, el fundador de la casa de apuestas deportivas Barstool Sports Dave Portnoy, escribía en Twitter: “Las acciones sólo suben, este es el juego más fácil del que he formado parte. Me llevó un tiempo darme cuenta de que el mercado de valores no está relacionado con la economía. Le digo a la gente que hay dos reglas para invertir. Las acciones suben, y si tienes algún problema, mira la regla número 1."

Si bien es muy probable que esta cita pase a los anales de los horrores de la inversión, revela la atmósfera de casino que la Reserva Federal ha creado a lo largo de los años con su sesgo proteccionista cada vez que el mercado se acatarraba.  

Pero quizás lo más destacado es cuando dice: "Me llevó un tiempo darme cuenta de que el mercado de valores no está conectado a la economía".  ¡Eureka!  Esta es la otra gran condición que la Reserva Federal ha creado.  Por eso el Standard & Poors 500 se ha revalorizado casi el 16% anualizado desde el 27 de febrero de 2009 hasta el 28 de febrero de 2020, a pesar de que la economía estadounidense sólo creció un 2% anual.  

Pues bien, asumamos por un momento (y sólo por un momento) que los fundamentales económicos no importan, y que sólo cuenta la liquidez de los bancos centrales.  

De ser así, en las últimas seis semanas algo nuevo está pasando. Mientras la Reserva Federal hablaba de la nueva sopa de letras que componen todos sus programas de compra de activos, la realidad nos dice que ha reducido el monto de sus compras.

En la semana que terminó el 10 de junio, los activos totales de la Fed (7,1 billones de dólares) aumentaron en menos de 4.000 millones de dólares, y en la semana que terminó el 17 de junio, cayeron en 74 mil millones de dólares. 



Fuente: Wolf Street



Y hay otro cambio importante en la manera que la Reserva Federal está abordando ahora la crisis. La Reserva Federal ha empezado a prestar a entidades, incluyendo estados y bancos, bajo programas que canalizan los fondos hacia el gasto de estados, municipios y empresas. Estos tipos de programas buscan respaldar el consumo, y no los precios de los activos.   

Si como David Portnoy, usted también cree que el mercado de valores no está conectado a la economía, le conviene vigilar lo que Jerome Powell y sus colegas en el resto de bancos centrales hacen, pues aunque seamos de memoria frágil y dos años parecen una eternidad en los mercados financieros, no olvidemos lo que ocurrió en 2018 cuando la Reserva Federal retiró (temporalmente claro) su apoyo a los mercados financieros.

Wolf Richter es fundador de Wolf Street Corp, editor de WOLF STREET, donde, en su cínica y maliciosa manera, reflexiona sobre temas económicos, de negocios y financieros, las artimañas de Wall Street, los complejos enredos y otras catástrofes y oportunidades que le llaman la atención.


Fuente / Autor: Wolf Street / Wolf Richter

https://wolfstreet.com/2020/06/18/fed-ends-qe-total-assets-drop-liquidity-injection-ends/

Imagen: interest.co.nz



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