La Unión Europea ha celebrado en silencio un descenso constante del consumo de gas y electricidad este año en medio de unos precios récord, el corte de gran parte del suministro de gas ruso y una crisis de liquidez en el mercado energético.
Sin embargo, el motivo de celebración es dudoso: las empresas no se limitan a frenar su consumo de energía y a continuar con su actividad habitual. Están cerrando fábricas, reduciendo su tamaño o deslocalizándose. Es posible que Europa esté en vías de desindustrialización.
Que la Unión Europea se encamina hacia la recesión es algo evidente para cualquiera que observe los indicadores. El último de ellos, la actividad manufacturera de la Eurozona, cayó al nivel más bajo desde mayo de 2020.
La lectura de octubre del PMI de S&P Global también señaló una recesión inminente, cayendo en el mes y siendo la cuarta lectura mensual por debajo de 50, una indicación de una contracción económica.
Sin embargo, una noticia tal vez peor es que el conglomerado alemán BASF dijo el mes pasado que se retiraría definitivamente de su país de origen y se expandiría en China. El anuncio supuso un golpe para un gobierno que trata de compaginar la escasez de energía con los objetivos climáticos sin prolongar la vida de las centrales nucleares.
"El mercado químico europeo ha crecido débilmente durante una década [y] el aumento significativo de los precios del gas natural y la electricidad en el transcurso de este año está presionando las cadenas de valor químicas", dijo el director ejecutivo de BASF, Martin Brudermueller, citado por el FT, a finales de octubre.
Sin embargo, cabe señalar que la crisis energética no fue la única razón que motivó los planes de BASF de reducir su presencia en el país y crecer en el extranjero. El endurecimiento de la normativa de la UE también fue un factor que impulsó esta decisión, según Brudermueller.
Otras industrias también parecen tener problemas con la nueva normativa de la UE. El organismo comercial de las industrias del acero y el aluminio, que también han sufrido considerablemente la inflación de los costes energéticos, propuso recientemente que la UE adopte un enfoque gradual con su nuevo Mecanismo de Ajuste Transfronterizo (CBAM), también conocido como impuesto sobre el carbono de las importaciones.
El CBAM se concibió como una forma de nivelar las condiciones de las empresas industriales europeas sometidas a una estricta normativa de emisiones que encarece su producción en comparación con la de países con normas de emisión más laxas.
Sin embargo, también encarecería importantes materias primas para las industrias europeas del acero y el aluminio, lo que se sumaría al dolor que estas industrias ya están sintiendo porque también se encuentran entre las que más energía consumen.
Una décima parte de la capacidad de producción de acero bruto de Europa ya se ha paralizado, según estimaciones de Jefferies. Todas las fundiciones de zinc han frenado su producción y algunas han cerrado. La mitad de la producción de aluminio primario también ha cerrado. Y en el sector de los fertilizantes, el 70% de las fábricas se han parado por la escasez de energía.
Las plantas químicas también están frenando sus actividades, los hornos de ferroaleaciones se están enfriando y la fabricación de plásticos y cerámicas también se está reduciendo.
Algunas de estas empresas podrían optar por trasladarse a un lugar con fuentes de energía más baratas y disponibles, contribuyendo así al proceso de desindustrialización de Europa. En cuanto al mejor candidato para esta deslocalización, según algunos observadores, es Estados Unidos, con sus abundantes reservas de gas, su creciente producción y su clima de inversión favorable.
Mientras tanto, una cosa ha quedado muy clara: la reducción del consumo de energía en los sectores industriales europeos no es realmente un motivo de celebración. En todo caso, es un motivo de preocupación y de acción urgente por parte de los responsables políticos.
La limitación del precio del gas acordada recientemente por la UE podría ayudar un poco, pero al estar vinculada a un menor consumo, no es realmente una solución para las empresas que quieren seguir funcionando. Es un sistema de soporte vital.
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Fuente / Autor: ZeroHedge / Irina Slav
https://www.zerohedge.com/economics/europe-may-see-forced-de-industrialization-result-energy-crisis
Imagen: Tes
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