En el cargo desde hace poco más de nueve meses, el Presidente argentino Javier Milei sigue enfrentándose a enormes retos económicos y políticos. Su apoyo en el Congreso y el Senado es frágil, y los opositores al presidente intentan movilizar a las masas contra sus políticas. Esto hace que el éxito en la esfera económica sea aún más urgente. El objetivo es encontrar lo antes posible una salida de la estanflación -el estancamiento o la recesión y la inflación simultáneos- en la que se encuentra actualmente la economía argentina.

Las señales no son buenas. Cuando las naciones industrializadas occidentales cayeron en el estancamiento en los años 70, se necesitó casi una década para derrotar en cierta medida a la inflación de precios y para que el crecimiento económico volviera a repuntar. Milei no dispone de tanto tiempo, aunque ya se han conseguido muchas cosas. Desde su toma de posesión el 10 de diciembre de 2023, Javier Milei cuenta con las siguientes ventajas:

  • Superávit desde enero de 2024

  • Restricción de la creación de dinero por el banco central desde abril de 2024

  • Reducción de la tasa de inflación desde abril de 2024

  • Supresión de diversas regulaciones de precios (por ejemplo, en el mercado de la vivienda)

  • Reducción de diversas subvenciones a los precios

  • Supresión de ocho ministerios, en parte con cierre total y despido de unos 30.000 empleados estatales

Sin embargo, el lado negativo sigue teniendo un fuerte impacto:

  • La inflación de precios sigue siendo elevada (237% anual)

  • Aumenta el desempleo (7,6 por ciento)

  • La tasa de población activa es muy baja (48%).

  • La producción industrial es negativa (-5,4 por ciento anual)

  • La deuda externa asciende a unos 290.000 millones de dólares

  • Nivel insuficiente de reservas de divisas (actualmente 21.700 millones de dólares)

  • Devaluación a 975 pesos desde los 322 por dólar de su toma de posesión

Al presentar el presupuesto en septiembre, el gobierno de Milei anunció las siguientes expectativas para 2025:

  • Aumento del producto interior bruto en un 5 por ciento

  • Reducir la inflación de precios al 18 por ciento anual a finales de 2025

  • Devaluación de la moneda a 1207 por dólar a finales de 2025

  • Lograr un superávit presupuestario primario del 1,3% del producto interior bruto.

Si se examinan más de cerca las cifras actuales, crecen las dudas sobre la posibilidad de alcanzar estos objetivos. Los indicadores preocupantes son que la masa monetaria del banco central no disminuye más y que la llamada masa monetaria M1 incluso aumenta. Las expectativas de inflación cayeron bruscamente en la primera mitad del año, pero desde entonces se han mantenido estables en el 50% anual. Como la inflación de precios sigue siendo alta, es posible que el banco central haya recortado demasiado los tipos de interés y se vea obligado a revertirlos cuando la tasa de inflación vuelva a repuntar. Esto, a su vez, retrasaría aún más la recuperación de la producción industrial. Además, en enero del año que viene vencen los elevados pagos por los intereses de la deuda externa.

2025 será el año crítico para Javier Milei, también porque en octubre de 2025 se celebrarán elecciones legislativas. Para entonces, el presidente tendrá que poner en forma su alianza electoral para tener suficientes votos en la legislatura para la siguiente etapa de su política.

Para entender por qué Milei -un «anarcocapitalista» declarado- llegó al poder en primer lugar, basta señalar que Argentina ha experimentado una pérdida de prosperidad durante más de cincuenta años. Mientras que muchos otros mercados emergentes han logrado enormes aumentos de prosperidad, el nivel en Argentina ha descendido. Pero esta no es la única razón por la que la frustración está tan extendida. Un detonante para intentar algo completamente nuevo es la inflación de precios. Ésta ya era muy alta en todas las décadas anteriores, pero en los dos últimos años ha aumentado rápidamente. Mientras que a principios de 2022 la tasa de inflación anual todavía rondaba el 50 por ciento, había subido a más del doscientos por ciento cuando Javier Milei asumió el cargo en diciembre de 2023. Fue sobre todo la promesa de acabar por fin con la inflación lo que llevó a Milei a la presidencia.

Ahora la tarea para él es si puede cumplir su promesa sin que la recesión se profundice. En pocas palabras, la tarea consiste en que la reducción de la oferta monetaria y la reducción del gasto público se compensen con el correspondiente aumento de la actividad del sector privado, de modo que el desempleo no aumente demasiado. Así pues, mucho depende de la medida en que el gobierno logre fortalecer el sector privado mediante la desregulación y la privatización.

Además de los problemas políticos internos, el comercio exterior es un factor decisivo. Argentina está casi completamente aislada de la financiación exterior privada. Sólo cabe esperar nuevos préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero Argentina ya es el país más endeudado con el FMI, con 42.000 millones de dólares en préstamos pendientes. En cuanto a la deuda externa, que actualmente asciende a 287.000 millones de dólares, se calcula que 15.000 millones de dólares se deben a intereses y amortizaciones parciales a partir de enero del año que viene. Desde el punto de vista financiero, Argentina dependerá en gran medida de los ingresos en divisas. Éstas difícilmente podrán ser aportadas por la industria exportadora del país. La compensación tendrá que hacerse mediante inversiones extranjeras directas. Ya hay algunas señales positivas en este sentido. Pero queda por ver si los anuncios irán seguidos de medidas, porque el clima económico se está nublando en los países industrializados.

Argentina pertenece al amplio grupo de países que han sido sistemáticamente arruinados por sus propios gobiernos. Ya fueran más de «derechas» o más de «izquierdas», estos políticos tenían en común una profunda inclinación por el intervencionismo. Lo que distingue a Javier Milei es que ofrece una alternativa al pueblo argentino. Se autodenomina «anarcocapitalista», pero lo que promete y quiere aplicar es esencialmente una política económica sólida. Por lo tanto, no hay que esperar demasiado anarcocapitalismo del presidente. Aunque quisiera, no podría impulsarlo políticamente. Sin embargo, ya ganaría mucho si se impusiera en cuestiones macroeconómicas y lograra controlar la inflación y provocar un repunte económico. Esto por sí solo tendría un efecto de señal en todo el mundo, pero especialmente para América Latina, donde la tendencia al socialismo está todavía muy extendida.

¿Dónde está el anarcocapitalismo de Milei? Hay poco que ver. Sigue una política que el Fondo Monetario Internacional ya ha prescrito a muchos países deudores. A menudo, los gobiernos han seguido las exigencias del FMI a regañadientes. El presidente argentino lo hace voluntariamente y con mayor dureza. Reformar bruscamente todo un país de forma anarco-capitalista es una imposibilidad. Probablemente sería mejor que Milei tomara otro camino: el de las ciudades libres privadas o las zonas económicas especiales.

Este concepto establece que el gobierno de un país designa determinados territorios, y el Estado se retira en gran medida administrativamente y deja la mayor parte en manos del sector privado. Unos impuestos bajos o nulos y una normativa casi inexistente son los incentivos para que las empresas y los inversores privados se instalen allí. El mercado laboral de estas zonas está casi totalmente libre de regulación, y la gente acude allí voluntariamente para trabajar y hacer negocios.

La ubicación de Argentina, en particular, es ideal para una estrategia de este tipo debido a sus muchas regiones casi completamente deshabitadas. El gobierno argentino podría designar zonas del tamaño de Holanda y arrendar estos territorios seleccionados a una empresa privada, cuyo importe variaría en función del éxito económico que allí se alcanzara. Una comparación de las circunstancias con las zonas especiales administrativas ya existentes en otras partes del mundo indica que las posibilidades de éxito en Argentina parecen muy favorables. Este sería particularmente el caso si un gobierno libertario, como el de Milei, se comprometiera a extender lo más posible la ausencia de gobierno estatal en dicha zona especial y, en consecuencia, a crear un amplio espacio para un sistema jurídico privado. Tal proyecto podría tener una función de señal para todo el mundo y proporcionar una prueba práctica de que y cómo funciona el anarcocapitalismo.


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Fuente / Autor: Mises Institute / Antony P. Mueller

https://mises.org/mises-wire/nine-months-javier-milei-president-argentina-critical-assessment

Imagen: Valeurs Actuelles

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