El Banco Central Europeo ha estado acaparando bonos corporativos de un número creciente de multinacionales que no tienen su sede en la zona euro o en la UE. Esas empresas incluyen las divisiones financieras de los gigantes suizos Nestlé y Novartis, los estadounidenses Coca Cola y John Deere y las empresas británicas American Tobacco y WPP. También incluye el conglomerado CK Hutchison Group, con sede en Hong Kong y registrado en las Islas Caimán.

¿Cómo de fácil es para las grandes empresas no comunitarias calificar para el esquema de compra de bonos corporativos del BCE, conocido oficialmente como Programa de Compra del Sector Corporativo (CSPP)? Como informa el diario financiero español Cinco Días, todo lo que necesitan es:

  • Una calificación crediticia de grado de inversión. El BCE todavía se niega a comprar bonos de baja calidad, pero esto podría cambiar en cualquier momento.

  • Una subsidiaria con sede en un país de la zona euro, normalmente uno donde no se pagan casi nada en impuestos de sociedades, como Luxemburgo y los Países Bajos.

  • Emitir bonos en euros. Más y más compañías están haciendo esto, atraídas por la promesa de dinero virtualmente gratis del BCE.

El BCE ha estado comprando bonos corporativos de empresas con grado de inversión en Europa durante poco más de cuatro años, por un importe que actualmente asciende a 224.000 millones de euros. Esto no incluye los 35.000 millones de euros de bonos corporativos adicionales que el BCE ha comprado como parte de su programa de compras de emergencia por pandemia (PEPP).

Los mayores beneficiarios de la compra de bonos del BCE han sido (en orden descendente) las empresas francesas, alemanas, italianas, españolas y holandesas de los sectores de energía, infraestructuras, telecomunicaciones y automoción. Las filiales extranjeras de grandes empresas no pertenecientes a la UE también son elegibles y lo han sido desde el primer día, siempre y cuando cumplan con los tres criterios mencionados.

La novedad es el hecho de que muchas compañías globales están más hambrientas que nunca del dinero virtualmente gratis del banco central, y buscan por todas partes.

"Las empresas de fuera de la zona euro están creando empresas o vehículos para emitir deuda en euros y así calificar para los programas de compra del BCE", según Fernando García, director de Mercado de Capitales de Société Générale. "Algunas empresas estadounidenses ya lo han hecho. Aunque la Reserva Federal tiene programas de compra similares, prefieren tener todas las opciones sobre la mesa, para obtener los mejores precios".

La Fed está respondiendo comprando bonos denominados en dólares emitidos por un puñado de filiales estadounidenses de algunas de las mayores empresas europeas. Entre ellas se encuentra Nestlé, que simultáneamente está aprovechando los fondos del BCE, la Reserva Federal y el Banco Nacional Suizo. De hecho, los 15 mayores beneficiarios del programa de compra de bonos corporativos de la Fed incluyen cuatro corporaciones europeas: Daimler, Volkswagen, BMW y BP.

El BCE no divulga las cantidades de compras específicas, pero sí cuántas veces ha comprado los bonos de una empresa en particular. Aquí están algunas de las empresas no europeas que hasta ahora se han aprovechado del CSPP del BCE y el número de veces que se han beneficiado:

  • El conglomerado suizo de alimentos y bebidas Nestlé, cuyos bonos han sido comprados por el BCE en 12 ocasiones, convirtiéndolo en uno de los mayores beneficiarios de todo el programa de compra de bonos. 

  • La farmacéutica suiza Novartis (9 veces).

  • El gigante agrícola estadounidense John Deere (6 veces).

  • Coca Cola (4 veces).

  • El grupo CK Hutchison (4 veces). Este conglomerado registrado en las Islas Caimán con base en Hong Kong y con algunas subsidiarias en Europa no tiene problemas para calificar para el programa de compra de bonos del BCE.

  • Upjohn Finance, subsidiaria de la compañía farmacéutica estadounidense Pfizer.

  • La compañía farmacéutica suiza Roche (3 veces).

  • Richemont, holding de bienes de lujo con sede en Suiza fundado por el empresario sudafricano Johann Rupert (3 veces). 

  • El fabricante de electrodomésticos Whirlpool (dos veces).

  • British American Tobacco, con sede en el Reino Unido (dos veces).

  • El fabricante de camiones estadounidense Paccar, que posee el fabricante de camiones holandés DAF (dos veces).

  • La división financiera de la empresa energética estadounidense Schlumberger (dos veces).

  • La confitería estadounidense Mondelez (una vez).

  • La empresa británica de servicios de restauración, limpieza y gestión de la propiedad Compass (una vez).

El Banco de Inglaterra es otro banco central importante que ha hecho un gran esfuerzo para ayudar a las empresas extranjeras. Su Servicio de Financiación Corporativa contra el Coronavirus (CCFF) está disponible no sólo para las empresas británicas sino para cualquier empresa que se considere que proporciona "una contribución material a la economía del Reino Unido", lo que puede significar casi cualquier cosa. De las 61 empresas que todavía tienen un saldo pendiente con el banco central, aproximadamente dos quintas partes tienen su sede en el extranjero.

Los mayores beneficiarios del programa del BOE son:

  • El gigante químico alemán BASF, que recibió un préstamo de 1.000 millones de libras.

  • El gigante químico alemán Bayer, infame por haber adquirido Monsanto para luego verse inundado por el horrendo litigio de Monsanto, recibió 600 millones de libras en préstamos.

  • Chanel (600 millones de libras).

  • El operador de cruceros estadounidense Carnival, una empresa con grandes costes fijos e ingresos colapsados, que, como todos los principales operadores de cruceros estadounidenses, no reúne actualmente los requisitos para recibir dinero del rescate de los Estados Unidos porque está constituida, por razones fiscales, en Panamá. Pero lo que no puede obtener de los EE.UU. puede obtenerlo de los bancos centrales extranjeros.

  • El propietario de centros comerciales australiano Westfield (600 millones de libras esterlinas).

  • Johnson Controls, una empresa estadounidense que se convirtió en empresa irlandesa en 2016 después de su fusión con Tyco para evitar el pago de impuestos en EE.UU.

Hasta ahora, estos programas de los bancos centrales han tenido el efecto deseado. Después de una fuerte caída en marzo, la emisión de bonos globales se ha recuperado en gran medida. Las corporaciones con grado de inversión de EE.UU. ya han emitido más deuda en lo que va de año que en todo el año 2019, según S&P Global Ratings. Estas empresas, junto con sus homólogas europeas, son las mayores beneficiarias de la compra de bonos por parte de los bancos centrales, gracias a lo cual han podido emitir bonos a precios que habrían sido impensables hace apenas cuatro meses.

Muchas de estas empresas están pasando por serias dificultades en este momento. Pero gracias al apoyo de los bancos centrales, pueden atender sus gastos ante la abrupta disminución de sus ingresos mucho más cómodamente que las empresas que no pueden emitir bonos, y que se los compran a su valor nominal en medio de la peor crisis de las últimas décadas uno o más bancos centrales. Esto pone a las empresas elegibles en una posición mucho más fuerte para capear la tormenta, y recoger los pedazos de las empresas más pequeñas por el camino. En este sentido, los bancos centrales están eligiendo a los ganadores y a los perdedores.


Wolf Richter es fundador de Wolf Street Corp, editor de WOLF STREET, donde, en su cínica y maliciosa manera, reflexiona sobre temas económicos, de negocios y financieros, las artimañas de Wall Street, los complejos enredos y otras catástrofes y oportunidades que le llaman la atención.


Fuente / Autor: Wolf Street / Wolf Richter

https://wolfstreet.com/2020/08/04/whys-the-ecb-buying-the-debt-of-so-many-non-eu-companies/

Imagen: EU Observer

COMPARTIR:

¡Este artículo no tiene opiniones!


Deja un comentario

Tu email no será publicado. Los campos requeridos están marcados con **

Valoraciones actuales y rentabilidades potenciales

Normalidad económica: ¿Cuándo? ¿Pronto? ¿Nunca?