En lo que se refiere
al cálculo de los rendimientos del capital, cada empresa es diferente y tiene
requisitos de capital únicos, capacidad de generación de flujo de caja, oportunidades
de reinversión, costes de publicidad, requisitos de investigación y desarrollo,
etc. Los diferentes modelos de negocio deben ser analizados individualmente.
Pero el objetivo principal es el siguiente: identificar un negocio que tenga
amplias oportunidades para reinvertir el capital con una alta tasa de retorno
en el futuro. Es un pájaro raro, pero vale la pena buscarlo.
“Dejando de lado
la cuestión del precio, el mejor negocio que se puede tener es aquel que
durante un largo período de tiempo puede emplear grandes cantidades de capital
incremental con tasas de rendimiento muy altas.”
Warren
Buffett, carta a sus accionistas 1992
Es sencillo calcular
el ROIC: algunos utilizan los beneficios (o alguna medida del flujo de caja
final) dividido por el total de la deuda y el patrimonio. Otros, como Joel
Greenblatt, quieren saber cuánto capital tangible utiliza una empresa, por lo
que definen el ROIC como las ganancias (o a veces las ganancias antes de
impuestos y de pagos de intereses) divididas por el capital circulante más los
activos fijos netos (que es básicamente lo mismo que sumar la deuda y el
capital social y restar el fondo de comercio y los activos intangibles). Por lo
general, también queremos restar el exceso de efectivo del cálculo del capital,
ya que queremos saber cuánto capital necesita realmente una empresa para
financiar sus operaciones.
Pero como quiera que
midamos el ROIC, normalmente sólo nos dice la tasa de rendimiento que la
empresa está generando sobre el capital que ya ha sido invertido (a veces hace
muchos años). Obviamente, una empresa que produce altos rendimientos de capital
es un buen negocio, pero lo que queremos saber es cuánto dinero puede generar
la empresa de cara a futuras inversiones de capital. El primer paso para
determinar esto es mirar la tasa de retorno que la compañía ha generado en
inversiones incrementales recientemente.
Una forma muy
aproximada de pensar en el retorno de las inversiones de capital incrementales
es mirar la cantidad de capital que la empresa ha agregado durante un período
de tiempo, y compararla con la cantidad de crecimiento incremental de las
ganancias.
Supongamos que la
empresa X gana 14.700 millones de dólares de ingresos netos con aproximadamente
111.000 millones de dólares de deuda y capital social, o alrededor de un 13% de
retorno sobre el capital. No está mal, pero ¿qué es lo que realmente queremos
saber si estábamos pensando en invertir en ella?
Imaginemos que estábamos viendo esta compañía como una posible inversión hace 10 años. En ese momento, hubiéramos querido sacar tres conclusiones (dejando de momento la valoración a un lado):
- ¿Cuánto dinero en efectivo produciría en el futuro?
- ¿Cuánto veríamos en forma de dividendos o recompras?
- De la parte que no recibimos, ¿qué tasa de rendimiento obtendría la empresa conservándola y reinvirtiéndola?
Nuestras
estimaciones de estas preguntas nos ayudarían a determinar cómo sería el futuro
poder de ganancias de la compañía. Así que miremos y veamos cómo le fue en los
últimos 10 años.
En 2006, la compañía
ganó 11.200 millones de dólares con aproximadamente 76.000 millones de dólares
de capital, o alrededor del 15%.
En los 10 años
siguientes, invirtió aproximadamente 35.000 millones de dólares de deuda
adicional y capital social (el capital total creció hasta 111.000 millones de
dólares en 2016 desde 76.000 millones en 2006).
Utilizando esos
35.000 millones de dólares adicionales pudieron aumentar las ganancias en unos
3.500 millones de dólares (las ganancias aumentaron de 11.200 millones de
dólares en 2006 a unos 14.700 millones de dólares en 2016). Así que en los
últimos 10 años, nuestra potencial inversión ha visto un rendimiento bastante
mediocre de alrededor del 10% del capital que ha invertido durante ese tiempo.
También podemos
mirar los últimos 10 años y ver que la compañía ha reinvertido aproximadamente
el 23% de sus ganancias en el negocio (el saldo se ha utilizado principalmente
para recompras y dividendos). ¿Cómo llegamos a esta estimación? Simplemente
utilizamos la cantidad de capital incremental que ha invertido en los últimos
10 años (35.000 millones de dólares) y la dividimos por las ganancias totales
que ha generado durante ese período (unos 148.000 millones de dólares de
ganancias acumuladas).
Una lectura aún más
rápida podría ser simplemente observar las ganancias retenidas en el balance en
2016 (90.000 millones de dólares) y compararlas con las ganancias retenidas que
tuvo en 2006 (49.000 millones de dólares), y llegar a una tasa de reinversión
similar: básicamente, la compañía retiene aproximadamente 0,25 dólares de cada
dólar que gana y lo reinvierte de nuevo en el negocio. Los otros 0,75 dólares
se están usando para recompras y dividendos.
Una empresa verá que
su valor intrínseco se compondrá a una tasa que equivale aproximadamente al
producto de su ROIC y su tasa de reinversión (dejando de lado la asignación de
capital, que también puede aumentar o disminuir el valor por acción).
Tasa
de capitalización del valor intrínseco = ROIC x tasa de reinversión
Hay otros factores
que pueden crear mayores beneficios (el poder de fijación de precios es un gran
ejemplo), pero esta sencilla fórmula es útil para tenerla en cuenta como una
medida aproximada de la capacidad de componer de una empresa.
Así que si la compañía
puede retener el 25% de su capital y reinvertirlo con un 10% de rendimiento,
esperaríamos que el valor de la empresa crezca a un ritmo de alrededor del 2,5%
anual (10% x 25%). Los accionistas probablemente verán mayores rendimientos por
acción que eso debido a los dividendos y las recompras, pero el valor total de
la empresa probablemente se compondrá aproximadamente a esa tasa. Y con el
tiempo, el cambio en el valor de la cotización de las acciones tiende a
reflejar el cambio en el valor de la empresa más cualquier valor añadido de las
decisiones de asignación de capital.
Por lo tanto, a
menos que estemos apostando por un aumento en su ratios de P/E, es poco
probable que consigamos un gran resultado comprando un negocio que sólo puede
invertir un cuarto de sus ganancias con un 10% de retorno.
Utilicemos los
mismos principios para echar un vistazo a otro ejemplo, un negocio capaz de
reinvertir sus ganancias a tasas de rendimiento muy altas durante la última
década.
En el caso de la
compañía Y, una cadena de restaurantes, nos fijaremos en los últimos 9 años de
resultados operativos a partir de finales de 2006, cuando fue creada.
Esta compañía tiene
una gran rentabilidad unitaria. En 2015, costó 805.000 dólares construir su
restaurante promedio que, cuando está en funcionamiento, produce alrededor de
2,4 millones de dólares en ingresos y más del 25% de los márgenes del
restaurante. Así que una inversión inicial de 800 mil dólares produce alrededor
de 600 mil dólares de flujo de caja anual. En otras palabras, el restaurante
promedio de la compañía Y ha logrado un increíble 75% de retorno en efectivo
(esto es el retorno de la inversión a nivel de restaurante antes de los gastos
e impuestos corporativos).
En los últimos 9
años, la compañía ha crecido de 581 restaurantes a poco más de 2.000. Ha
invertido un total de $1,25 billones para construir estos restaurantes, lo que
ha incrementado sus ganancias en alrededor de $435 millones. En otras palabras,
ha visto alrededor de un 35% de retorno después de impuestos sobre el capital
que reinvirtió en el negocio.
La empresa pudo
invertir más de la mitad de sus ganancias con un rendimiento del 35%, y
utilizando la fórmula descrita anteriormente para aproximarse al crecimiento
del valor intrínseco, la tasa de reinversión del 57% por un rendimiento del 35%
equivale a un aumento del 20% en la capacidad de ganancias.
El resultado es que
el precio de las acciones ha compuesto a más del 20% anual, muy en línea con su
valor intrínseco.
Por supuesto, la
parte difícil es encontrar estas compañías. Además, debemos recordar que
comprar barato y vender caro es una muy buena estrategia, y hay muchas
oportunidades en el mercado para hacerlo con empresas duraderas y establecidas,
pero de bajo crecimiento. Peter Lynch llamó a estas empresas estandartes: eran
grandes empresas sin mucho potencial de crecimiento, pero ocasionalmente se
podían comprar con un descuento y venderlas después de una subida del 30-50%
(que en gran parte proviene del aumento del múltiplo de valoración en contraposición
con el aumento del valor del negocio).
Esa es una buena
estrategia, y probablemente hay más oportunidades que el Sr. Mercado ofrece en
esta categoría particular. Pero un inversor debe darse cuenta de que estas
inversiones no van a dar lugar a grandes resultados de capitalización. Los
famosos 10-baggers de Lynch procedían de las raras empresas que podían
retener sus ganancias y reinvertirlas de nuevo en el negocio con altas tasas de
rendimiento durante muchos años. La primera es mucho más común e invertible,
pero aún, así vale la pena buscar acciones en la segunda categoría. Sólo se
necesitan unas pocas para tener una gran carrera.
Lo que realmente queremos saber es esto: al final del año, la compañía habrá ganado una cierta cantidad de dinero. De ese montón de dinero, queremos saber:
- ¿Cuánto puede reinvertir la compañía en el negocio?, y,
- ¿Cuál será el rendimiento de esa inversión?
Si la compañía X
gana 16 mil millones de dólares, podrían gastar 4 mil millones en la
construcción de nuevas tiendas. ¿Cuánto flujo de efectivo adicional vendrá de
esa inversión de 4 mil millones de dólares?
Obviamente,
obteniendo un 10% de retorno en un cuarto de sus ganancias no es tan atractivo
como la compañía Y obteniendo un 35% de retorno en la mitad de sus ganancias.
Esta última va a crear mucho más valor que la primera.
Esta es una medida
muy aproximada de cómo pensar en el retorno sobre el capital y, por supuesto,
hay diferentes maneras de medir el rendimiento (se puede utilizar el ingreso
operativo, el ingreso neto, el flujo de efectivo libre, etc.) y hay muchas
maneras de medir el capital que se emplea. También hay “inversiones” que no
siempre se clasifican como inversiones de capital, sino que se ejecutan a
través de la cuenta de resultados, como los gastos de publicidad o los costes
de investigación y desarrollo (I+D). Para ser exactos, querríamos saber qué
parte de la publicidad es necesaria para mantener el poder de ganancias actual
(similar al “capex de mantenimiento”). La cantidad por encima de ese número
sería similar al “capex de crecimiento”, que podría incluirse cuando se piensa
en el retorno del capital. Podríamos pensar de la misma manera en el I+D.
Lo importante es que
este sea un ejemplo útil desde un punto de vista muy general sobre cómo pensar
en el concepto. Como propietarios de un negocio, queremos saber dónde puede
reinvertir el exceso de flujo de caja nuestra empresa y qué tasa de rendimiento
puede obtener de esas inversiones. Las respuestas a esas dos preguntas principales
determinarán en parte la rapidez con la que nuestra empresa aumentará su
capacidad de generar ingresos y por tanto aumentará su valor.
John
Huber
es Managing Partner y gestor de Saber
Capital Management, LLC
que gestiona el Saber Investment Fund, LP, una sociedad de inversión que sigue
el modelo de la sociedade original de Warren Buffett, lo que significa que el
fondo no tiene gastos de gestión y sólo cobra una comisión de éxito sobre los
beneficios que superen un mínimo de capitalización del 6%. John Huber y su
familia tienen la gran mayoría de su propio patrimonio neto invertido junto con
los inversores de Saber.
Fuente /
Autor: Saber Capital Management / John Huber
http://sabercapitalmgt.com/calculating-the-return-on-incremental-capital-investments/
Imagen:
ValueWalk
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