Cuando se debate
entre “compounders” frente valores baratos muchos inversores de valor se
entusiasman con la valoración, dejando atrás la calidad. ¿Quién necesita
calidad cuando la valoración es lo único que importa?
A fin de cuentas,
pagar un alto precio incluso por un gran negocio no siempre funciona bien si
tienes que vender ese negocio en uno o dos años, o incluso en tres o cinco.
Pero si tiene la intención de mantener sus acciones por períodos de tiempo más
largos como cinco, diez años, o más, entonces la calidad se vuelve mucho, mucho
más importante que la valoración.
En períodos cortos
de tiempo, pagar bajos P/E o bajos EV/EBIT funcionará muy bien, ya que el
mercado normalmente se corrige a sí mismo en 1-3 años más o menos. Pero con el
tiempo, si usted tiene la intención de participar en los resultados a largo
plazo de su negocio y ser propietario de las acciones durante 5-10 años o más,
debería preocuparse mucho más por la calidad de ese negocio.
La inversión ideal
es un negocio que puede producir altos rendimientos de capital y reinvertir
grandes cantidades de beneficios retenidos con altas tasas de rendimiento
similares (cuando hablamos del ROIC, lo que realmente buscamos es el
rendimiento que un negocio puede generar en sus inversiones incrementales en el
futuro).
Esto no significa
que una categoría deba preponderar con total abandono de la otra. Sólo
significa que ambas juegan un papel, especialmente en los resultados a largo
plazo.
El capitalismo es
duro, y pueden ocurrir cosas impredecibles que pueden dañar la economía de un
negocio. Así que debemos confiar en la valoración como red de seguridad.
Queremos encontrar acciones realmente baratas, pero que sean negocios que
pueden crecer en valor intrínseco. Esto nos proporciona un margen de seguridad
no sólo en la valoración, sino también porque la brecha entre el precio y el
valor intrínseco se ampliará con el tiempo a medida que la empresa siga
creciendo en valor.
Buscamos negocios de
calidad, una extraordinaria asignación de capital, alta rentabilidad del
capital, pero demandando valor (como ya dijo Buffett).
Muchos asocian los “compounders”
con las empresas de gran capitalización que compra Warren Buffett (Coca-Cola,
Walmart, Exxon, JNJ, P&G, etc.) y se dice que no se puede encontrar “compounders”
baratos excepto durante grandes caídas de mercado. Pero hay muchos pequeños
negocios de calidad, relativamente desconocidos, que crecen silenciosamente sus
valores intrínsecos por acción en un 10%-12% por año que ocasionalmente podemos
comprar bastante baratos.
Esas son las
situaciones que estamos buscando. No significa que estas ideas funcionen siempre,
pero si tomamos una muestra y tiempo suficientemente amplios, son las
situaciones que colectivamente componen una cartera de bajo riesgo con una alta
probabilidad de lograr una tasa de rendimiento superior a la media.
Esta es la clave: idealmente,
queremos alta calidad, pero como dudamos del funcionamiento de nuestra bola de
cristal, no queremos pagar mucho por lo que hasta ahora ha sido un negocio de
calidad.
Esto establece lo
que los académicos llaman “ventaja asimétrica” y que Mohnish Pabrai describe de
manera más sencilla: “Cara, gano... Cruz, no pierdo mucho.”
Nuevamente, no
podemos enfatizar lo suficiente que la valoración es más importante en períodos
de tiempo más cortos y la calidad es más importante en períodos de tiempo más
largos (10-15 años o más). Cuanto más tiempo se mantiene una acción, más
importante es la calidad de esa empresa, ya que sus rendimientos a largo plazo
se aproximarán a los resultados comerciales de la empresa, y a sus rendimientos
internos sobre el capital a lo largo del tiempo.
En el corto plazo
(1-3 años), la valoración es clave. Puedes comprar una empresa siderúrgica a 5 veces
sus ganancias y probablemente tendrás la oportunidad de venderla a 10 veces sus
ganancias en algún momento.
Comprar al 70% del
valor contable y vender al 100% no es una mala idea, pero, con el tiempo, las
empresas que pueden producir consistentemente retornos del 15% sobre su capital
van a crear mucha más riqueza para sus accionistas que las empresas que sólo
producen el 5% sobre su capital.
La idea tampoco es
intentar empujar a los “compounders” a largo plazo. No hay que pagar 50
veces los beneficios, incluso por grandes negocios.
Olvídese de las
métricas, de los estilos de gestión, del gurú de valor que usted sigue, etc.
sólo trate de pensar qué tipo de negocio quiere tener, y qué tipo de tasa de
retorno a largo plazo demanda, y luego busque ideas que coincidan con esas
cosas. Busque las diferencias simples, comprensibles y obvias entre el precio y
el valor.
El objetivo es el
mismo: averiguar lo que algo vale y pagar mucho menos por ello.
John
Huber
es Managing Partner y gestor de Saber
Capital Management, LLC
que gestiona el Saber Investment Fund, LP, una sociedad de inversión que sigue
el modelo de la sociedade original de Warren Buffett, lo que significa que el
fondo no tiene gastos de gestión y sólo cobra una comisión de éxito sobre los
beneficios que superen un mínimo de capitalización del 6%. John Huber y su
familia tienen la gran mayoría de su propio patrimonio neto invertido junto con
los inversores de Saber.
Fuente /
Autor: Saber Capital Management / John Huber
http://sabercapitalmgt.com/importance-of-roic-part-1-compounders-and-cheap-stocks/
http://sabercapitalmgt.com/importance-of-roic-part-2-compounders-and-cheap-stocks/
Imagen: The Motley Fool, Getty Images
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