Una de las cosas que hace que la valoración sea algo difícil (e interesante) es la ambigüedad inherente al proceso. Hay muchas maneras diferentes de valorar un negocio, y cada método pinta un cuadro diferente del conjunto. Una de las formas de poner precio a un negocio es usando el llamado "valor de empresa".

El valor de empresa es una métrica de valoración que se centra en cómo se financian los activos de una compañía. Es una métrica más refinada que la capitalización de mercado, y de hecho incluye la capitalización de mercado como parte de su cálculo. La fórmula básica del valor de empresa es la capitalización del mercado más el pasivo neto.

Visto de otra manera, el valor de empresa es la suma de la deuda y el patrimonio de una empresa. Sin duda le recordará al total de los activos de la empresa. Y, aunque puede parecer una forma un tanto indirecta de calcular el valor de los activos totales de una empresa, el valor de empresa es a menudo una forma más conveniente de llegar a ese número final. Si alguien le pide que valore un conjunto de artículos, es más fácil decirle cuánto dinero gastó en comprarlos que enumerar cada artículo por separado, valorarlo y luego sumar los subtotales.

También pueden haber visto la fórmula del valor de empresa escrita como capitalización de mercado + pasivo total - efectivo y equivalentes. Es la misma que la indicada anteriormente, ya que el pasivo neto se calcula restando el efectivo del pasivo total.

Así pues, se puede ver por qué el valor de la empresa es superior a la capitalización de mercado: incorpora en el cálculo tanto la deuda de la empresa como su posición de efectivo. Se podría pensar en ello como el precio de adquisición de la empresa.

¿Para qué sirve?

El valor de empresa también constituye la base de muchos análisis financieros. Por ejemplo, aparece como el numerador en la relación de valoración comúnmente utilizada "EV/EBITDA", o "valor de empresa dividido por los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización".

Esencialmente, el EV/EBITDA es a la relación precio-beneficio (PE) lo que el EV es a la capitalización de mercado, mide lo mismo (cuán baratas o caras están las acciones de una empresa), pero de una manera más refinada y detallada.

Aunque el EBITDA se utiliza a veces de manera “sospechosa” por la dirección de la empresa para exagerar los beneficios reales, puede ser una medida útil de la rentabilidad inherente de la empresa. Los inversores que se basan únicamente en la relación precio-beneficio corren el riesgo de subestimar lo caro que está realmente un negocio con mucha deuda. El uso del EV resuelve ese problema.

Dicho esto, como con todas las métricas y ratios financieros, deberá utilizar tanto la relación precio-beneficio como el EV/EBITDA juntos para obtener una imagen más completa de la empresa que está analizando. Siempre es útil tener otra herramienta en su arsenal.

 

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Stepan Lavrouk es un escritor financiero con experiencia en análisis de valores y trading macro. Sus intereses específicos de inversión incluyen la energía, el análisis geoeconómico y la biotecnología. Tiene una licenciatura en ciencias del Trinity College de Dublín.

 

Fuente / Autor: GuruFocus / Stepan Lavrouk

https://www.gurufocus.com/news/1190508/the-value-investors-handbook-an-introduction-to-enterprise-value

Imagen: Zona Value

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