La paciencia es una virtud para la que ya nadie tiene tiempo.

¿Las acciones tecnológicas están enloquecidas? Correcto.

¿Las OPV están que arden? Correcto.

¿El trading diario se ha disparado? Correcto.

La gente proclama que hemos entrado en una "nueva" economía... Correcto.

¿Warren Buffett es objeto de burla implacable? Correcto.

¿Los inversores están metiendo dinero en modelos de negocio no probados sin beneficios? Correcto.

¿Las acciones de valor están siendo aplastadas por las de crecimiento? Correcto.

¿Las acciones de pequeña capitalización se han convertido en polvo arrasadas por las de capitalización? Correcto.

Esta es una descripción de lo que pasó durante la locura de la burbuja de las puntocom a finales de los 90... y lo que está pasando en 2020.

Excepto que esta vez no está sucediendo durante uno de los mayores auges económicos de la historia, sino durante una pandemia en la que millones de personas han perdido sus empleos y cientos de miles han muerto.

Pocos hubieran esperado ver un auge del trading diario que rivalizara con la burbuja puntocom sólo dos décadas después, como tampoco hubieran esperado ver una crisis económica que empequeñeciera la Gran Crisis Financiera sólo una década después, pero aquí estamos.

Y un boom de trading en valores tecnológicos en medio de una crisis económica/pandémica no está ni cerca de ser el único ciclo que hemos visto aparecer este año:

Vimos el mercado bajista más rápido desde los máximos históricos hasta una pérdida del 30% en la historia.

  • Los precios del petróleo cotizaron en negativo.
  • Las tasas hipotecarias están en mínimos históricos.
  • El oro está alcanzando nuevos máximos históricos.
  • Los bonos del gobierno a largo plazo han subido más del 30%.
  • El mercado inmobiliario está entrando en modo salvaje.
  • Trillones de dólares en estímulos monetarios y fiscales se lanzaron en un tiempo récord.
  • Millones de personas se vieron obligadas a trabajar desde casa.
  • El comercio electrónico experimentó una década de crecimiento en el lapso de tres meses.

Seguro que faltan más porque han pasado tantas cosas este año que es difícil tener todo en la cabeza, pero hemos experimentado unos doce ciclos diferentes de largo plazo, todos comprimidos en el lapso de siete meses más o menos en 2020.

Las razones de todos estos acontecimientos salvajes durante el mismo año son obvias, pero la mayor razón por la que estas cosas están sucediendo tan rápido es porque la tecnología está acelerando el ritmo de todo.

Todo es instantáneo ahora, las buenas noticias, los canales de comunicación de malas noticias, la socialización, la difusión de la información, los movimientos del mercado, el trading, la compra de cosas, la televisión, las películas y la lista podría seguir.

Casi todas las decisiones que tomas hoy en día son decisiones rápidas porque siempre hay algo más compitiendo por tu tiempo.

La gente se habría aburrido si este tipo de cierre hubiera ocurrido en el pasado, pero ahora puedes negociar acciones en tu teléfono con sólo pasar un dedo por la pantalla

Y la gente seguramente habría seguido comprando artículos de primera necesidad en el pasado incluso durante una pandemia, pero habría sido imposible seguir comprando tantos bienes materiales sin que Amazon los enviara a tu puerta en menos de 24 horas.

El mercado inmobiliario se habría detenido si esto hubiera ocurrido en el pasado, pero ahora puedes ver miles de casas desde la comodidad de tu sofá, así que el mercado inmobiliario está mejor que nunca.

La tecnología ha eliminado tantas fricciones que la gente a lo largo de la historia ha tenido que afrontar que está amplificando la naturaleza humana. Seguimos siendo los mismos seres emocionales que siempre hemos sido, pero ahora esas emociones no tienen ni tiempo para respirar.

La tecnología es tanto una bendición como una maldición.

Hace nuestras vidas más fáciles y más eficientes de innumerables maneras. Pero también invita a la desinformación, a la exuberancia irracional y a la propagación de respuestas emocionales a un ritmo aterrador.

La tecnología tiene la capacidad de reducir los ciclos a meses o semanas que habrían tardado años o incluso décadas en desarrollarse en el pasado.

Lo único que rima cuando se trata de la historia es el comportamiento humano. Pero ese comportamiento está ocurriendo ahora a un ritmo vertiginoso porque la tecnología ha acelerado casi todo lo que hacemos.

La paciencia es una virtud para la que ya nadie tiene tiempo.

 

Ben Carlson, CFA es Director de Gestión de Activos Institucionales de Ritholtz Wealth Management. Autor de los libros A Wealth of Common Sense: Why Simplicity Trumps Complexity in Any Investment Plan y Organizational Alpha: How to Add Value in Institutional Asset Management, en 2017, fue nombrado en la lista de asesores financieros de Investment News 40 Under 40. En A Wealth of Common Sense trata de explicar las complejidades de los diversos aspectos de las finanzas de manera que todo el mundo pueda entenderlos.

 

Fuente / Autor: A Wealth of Common Sense / Ben Carlson

https://awealthofcommonsense.com/2020/07/patience-is-virtue-no-one-has-time-for-anymore/

Imagen: Contacto de

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