En Estados Unidos, en los últimos años, empresas privadas han emitido miles de nuevas criptomonedas, grandes y pequeñas. Posteriormente, éstas han pasado a cotizar en bolsa sin ninguna aprobación gubernamental previa de las divulgaciones.

En algunos casos, un gran bloque de criptodivisas se ha vendido a un promotor por casi nada, tras lo cual el público compra a precios mucho más altos sin comprender plenamente la dilución previa a favor del promotor.

Todo este capitalismo salvaje y lanudo se parece mucho a lo descrito en un comentario a menudo atribuido a Mark Twain, de quien se cree que dijo que "una mina es un agujero en el suelo con un mentiroso encima".

Tan desdichados excesos se han producido porque existe una laguna en la regulación. Una criptodivisa no es una moneda, ni una mercancía, ni un valor. En su lugar, es un contrato de juego con una ventaja de casi el 100% para la casa, celebrado en un país donde los contratos de juego tradicionalmente sólo están regulados por estados que compiten en laxitud. Obviamente, Estados Unidos debería promulgar ahora una nueva ley federal que impida que esto ocurra.

Dos precedentes interesantes pueden guiarnos hacia una acción sensata. En el primer precedente, el gobierno comunista de China prohibió recientemente las criptodivisas porque llegó sabiamente a la conclusión de que proporcionarían más perjuicios que beneficios. Y, en el segundo precedente, de principios de 1700, Inglaterra reaccionó a una horrible depresión que siguió al estallido de un plan promocional para obtener enormes beneficios utilizando veleros de lento movimiento para comerciar con gente muy pobre en medio mundo.

Lo que hizo el Parlamento inglés en su angustia cuando estalló esta loca promoción, fue directo y sencillo: Prohibió todo comercio público de nuevas acciones comunes y mantuvo esta prohibición durante unos 100 años. Y, en esos 100 años, Inglaterra hizo con mucho la mayor contribución nacional a la marcha de la civilización, ya que lideró con fuerza tanto la Ilustración como la Revolución Industrial y, para colmo, engendró un prometedor pequeño país llamado Estados Unidos.

¿Qué debería hacer Estados Unidos tras la prohibición de las criptodivisas? Bueno, una acción más podría tener sentido: Agradecer al líder comunista chino su espléndido ejemplo de sentido común.


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Fuente / Autor: Wall Street Journal / Charlie Munger

https://www.wsj.com/articles/why-america-should-ban-crypto-regulation-economy-finance-china-england-trading-currency-securities-commodity-gamble-11675287477

Imagen: News BTC

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