A finales de septiembre de 2021, el proyecto Nord Stream 2 era una realidad tras muchos años de incertidumbre. En ese momento, solo quedaban unos pocos obstáculos reglamentarios para que Alemania y Rusia sellaran el acuerdo sobre el tan esperado y controvertido gasoducto de gas natural. Lograr tal hazaña habría sido un hito en la cooperación energética entre ambos países. Lamentablemente, el orden regional se ha desviado brusca y rápidamente de ese camino, y Europa se ha sumido en un peligroso futuro de incertidumbre.

En las primeras semanas de la guerra iniciada por Rusia en Ucrania, Alemania, junto con el resto de Europa, se vio acorralada en lo que respecta a su abastecimiento energético, ya que las sanciones occidentales cortaron rutas y enlaces en las infraestructuras energéticas y financieras regionales establecidas. No se ha logrado salir de este atolladero. En lugar de ello, Alemania ha visto pasar el tiempo. La rusa Gazprom redujo recientemente el caudal de gas del Nord Stream 1 al 20% de su capacidad.

Las centrales nucleares alemanas permanecen en su mayoría inactivas, con tres instalaciones que suministran el 13% de la electricidad del país, frente al 69% de Francia. Las centrales de carbón han aumentado su producción ante la inminente llegada del otoño y el invierno.

Alemania, y de hecho el resto del mundo, ha operado con la expectativa de que la tendencia general al alza del desarrollo y el crecimiento experimentada en los países occidentales continuaría junto con los crecientes lazos globales que han creado un paisaje de abundancia y aumentado el nivel de vida general. Pero ahora la mayor economía de Europa se encuentra ante un serio precipicio, ya que se cierne el peligro de que se produzcan importantes dificultades a corto plazo.

La opinión pública, reflejada en una encuesta de mediados de julio, muestra que casi uno de cada dos alemanes teme que Alemania se esté perjudicando a sí misma más de lo que afecta a los objetivos políticos de Rusia mediante duras sanciones. El sentimiento visceral de los profanos en la materia bien puede reflejar la realidad de que las sanciones alemanas sobre el gas natural y la energía en particular, así como las sanciones occidentales en general, tienen efectos desproporcionadamente perjudiciales para sí mismos. En una empresa competitiva tan seria como la guerra y la seguridad nacional, esto sería poco menos que negligencia y autosabotaje mayúsculos.

El aumento de los costes de la energía afectaría inevitablemente al segmento más pobre y con menos ingresos de la población, y sin duda supondría un invierno difícil. El gobierno ya ha empezado a animar a la gente a recortar gastos y ahorrar energía en previsión de la escasez. Ante la cruda realidad, algunos alemanes están incluso haciendo acopio de leña, pasando de una infraestructura energética moderna a planificar seriamente la práctica preindustrial de quemar leña para calentarse este invierno. No es un golpe trivial al nivel de vida de uno de los países más desarrollados del mundo.

Los líderes de las principales industrias que impulsan la economía alemana han advertido de graves problemas para la producción en ausencia de la infraestructura energética establecida, pero ahora vulnerable. El director de la empresa de tecnología e ingeniería Bosch ha dicho que la producción podría detenerse en sus fábricas.

Por su parte, el Consejero Delegado de Siemens ha explicado que el flujo constante de gas natural es existencial para algunas industrias como la del vidrio. El director de BASF ha hecho comentarios similares en relación con la fabricación de productos químicos esenciales para la agricultura, la industria farmacéutica y la biotecnología en todo el mundo. Esto, a su vez, pondría en peligro el empleo de todos los que trabajan en estas industrias, en un efecto dominó de gran alcance.

A partir de octubre, Alemania aplicará una tasa a todos los consumidores de gas para compensar las dificultades a las que se enfrentan los proveedores de energía del país en su transición a fuentes alternativas. Según el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, la tasa ascendería a entre 1,5 y 5 céntimos de euro por kilovatio hora, o unos 1.000 euros más al año para un hogar de cuatro personas.

En el Gobierno alemán arrecian las críticas y las dudas sobre la postura de línea dura de la coalición gobernante contra Rusia. El canciller Olaf Scholz se adhiere al consenso occidental de ser inequívocamente duro con Rusia, mientras que sus antiguos oponentes políticos Annalena Baerbock y Christian Lindner, ahora ministra de Asuntos Exteriores y ministro de Finanzas, respectivamente, llevan a cabo el respaldo político, militar y financiero de Alemania a Ucrania en este conflicto.

La realidad del daño que estas políticas antirrusas han causado a Alemania ha dado pie a que los oponentes políticos adopten la postura contraria, abogando por una flexibilización de la política hacia Rusia para aliviar la presión que amenaza con estrangular la seguridad energética de Alemania y del resto de Europa. Un giro en la política alemana hacia Rusia representaría también un alejamiento de la política de Washington.

Puede verse como una oportunidad para que Alemania reafirme su posición de toma de decisiones y liderazgo a nivel político en Europa, por no mencionar como parte interesada en su propia soberanía. Tal vez de este modo, Alemania pueda optar por ahorrar a Europa el dolor económico provocado por esta postura de halcón hacia el Este, impulsada en gran medida por Estados Unidos.

Aunque Alemania pueda encontrar alternativas energéticas viables, revertir el cierre de sus centrales nucleares o llegar a un acuerdo sobre el suministro de gas con Rusia, la relación Este-Oeste a largo plazo ha quedado dañada. Las implicaciones de este nuevo orden geopolítico y regional son, cuando menos, graves. Una crisis alemana sería una crisis para toda Europa, que sacudiría a toda la Unión Europea y a las numerosas economías que la rodean.


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Fuente / Autor: Mises Institute / Weimin Chen

https://mises.org/wire/germanys-and-europes-self-inflicted-upcoming-energy-crunch

Imagen: Conserve Energy Future

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