A medida que los precios aumentan y la incertidumbre económica se convierte en una realidad cotidiana, muchos estadounidenses se enfrentan a la pregunta: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Ahora que la inflación está minando el poder adquisitivo, la necesidad de una política monetaria sólida nunca ha sido más apremiante. En estos tiempos turbulentos, las ideas del premio Nobel Milton Friedman brillan intensamente. Su enfoque monetarista, que enfatiza la importancia de controlar la oferta monetaria, ofrece un camino hacia la restauración de la estabilidad económica y la prosperidad, un camino que las políticas actuales han pasado por alto en gran medida.
La idea central de Friedman era simple pero profunda: “La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Esta afirmación, hecha en 1970, resume el núcleo de la teoría monetarista. Afirma que el principal impulsor de la inflación es un aumento excesivo de la oferta monetaria en relación con el crecimiento económico. Este principio contrasta marcadamente con los enfoques keynesianos predominantes que restan importancia al papel de los factores monetarios en la inflación.
La base del monetarismo de Friedman es la Teoría Cuantitativa del Dinero, expresada en la ecuación MV = PQ, donde M es la oferta monetaria, V es la velocidad (con qué frecuencia el dinero cambia de manos), P es el nivel de precios y Q es la cantidad de dinero. bienes y servicios. Friedman argumentó que la velocidad permanece relativamente estable a lo largo del tiempo, lo que significa que los cambios en la oferta monetaria impactan directamente en los precios y la producción económica.
Basándose en esta ecuación, Friedman subrayó la importancia de controlar la oferta monetaria para gestionar la inflación. Propuso una «regla del porcentaje k», según la cual el banco central debería aumentar la oferta monetaria en un porcentaje fijo cada año, independientemente de la situación de la economía en el ciclo económico. Esta regla eliminaría el poder discrecional del banco central y permitiría a las empresas anticiparse a la política monetaria, limitando los cambios en la velocidad del dinero.
También destacó el papel de las expectativas en la inflación. Sostuvo que los individuos esperarían salarios más altos si aumentara la inflación, lo que daría lugar a un ciclo autocumplido. Esta idea subraya la importancia de mantener una política monetaria creíble y coherente para anclar las expectativas de inflación.
El trabajo de Friedman también demostró la neutralidad a largo plazo del dinero. Aunque los cambios en la oferta monetaria pueden afectar a la producción y al empleo a corto plazo, a largo plazo afectan principalmente a los precios. Este principio subraya la importancia de centrarse en la estabilidad de precios a largo plazo más que en la manipulación económica a corto plazo.
Las ideas de Friedman adquirieron relevancia en los años setenta y principios de los ochenta, cuando la Reserva Federal, bajo la dirección de Paul Volcker, adoptó los principios monetaristas para combatir la elevada inflación. La Reserva Federal comenzó a centrarse en los agregados monetarios y redujo gradualmente el crecimiento de la oferta monetaria, logrando reducir la inflación de dos dígitos a alrededor del 4% a finales de 1983.
Es importante señalar que el monetarismo de Friedman no es una doctrina rígida. De hecho, el propio Friedman estaba abierto a enfoques alternativos que lograran los mismos objetivos. Sin embargo, la aplicación del enfoque monetarista de Friedman exigiría un cambio significativo de nuestro actual marco de política monetaria. La Reserva Federal tendría que centrarse más explícitamente en controlar la oferta monetaria en lugar de manipular los tipos de interés a corto plazo. Esto podría implicar el establecimiento de objetivos claros para el crecimiento de la oferta monetaria y la comunicación transparente de estos objetivos al público.
Además, la adopción del enfoque de Friedman exigiría una reevaluación de nuestra política fiscal. Friedman sostenía que los ajustes de la política fiscal no tienen un efecto inmediato en la economía y que las fuerzas del mercado son más eficientes a la hora de tomar decisiones económicas. Esto sugiere un papel más limitado de la intervención gubernamental en la economía, permitiendo que los mecanismos de mercado desempeñen un papel más importante en la asignación de recursos.
El panorama económico actual, caracterizado por la persistente preocupación por la inflación y la incertidumbre económica, exige una reevaluación de nuestro enfoque de política monetaria. El marco monetarista de Friedman ofrece un camino hacia una mayor estabilidad y prosperidad. Centrándonos en el control de la oferta monetaria y en el mantenimiento de la estabilidad de precios a largo plazo, podemos mejorar sustancialmente nuestra economía actual. Este enfoque ofrece un camino claro para controlar la inflación y restablecer la confianza en nuestro sistema monetario, un cambio que debería haberse producido hace tiempo.
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Fuente / Autor: SchiffGold
https://www.schiffgold.com/commentaries/what-does-mv-pq-mean-for-america
Imagen: The Motley Fool
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