Una vez oí un viejo chiste de Norm Macdonald que decía algo así:

"Un optimista ve el vaso medio lleno. Un pesimista ve el vaso medio vacío. Yo soy pesimista y veo el vaso medio lleno... pero podría tener cáncer de intestino."

Yo soy de los que ven el vaso medio lleno, pero a diferencia de Norm, tiendo al optimismo.

Piensa en todo lo que hemos conseguido como especie.

El crecimiento.


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Fuente: A Wealth of Common Sense, Our World in Data


Hemos puesto un hombre en la luna.

Hemos curado enfermedades.

Hemos creado tecnologías innovadoras.

Las cosas no son perfectas, pero nunca lo serán.

Me considero un optimista a largo plazo cuando se trata del mundo en general, la economía y los mercados. ¿Cómo no ser optimista sobre el futuro después de todo lo que hemos conseguido?

El problema es que el optimismo ciego puede acarrear problemas si no se tiene cuidado.

Un nuevo trabajo de investigación de Chris Dawson concluye que los niveles más altos de optimismo financiero están asociados a una menor capacidad cognitiva:


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Fuente: A Wealth of Common Sense


La idea es que un optimismo poco realista puede llevar a un comportamiento imprudente en lo que respecta a las finanzas.

Si supones que los rendimientos de los mercados serán anormalmente altos, quizá no ahorres tanto dinero. O si asume que los mercados financieros sólo suben con el tiempo, nunca estará preparado para los inevitables reveses.

Sin embargo, este estudio también encontró que aquellos con los niveles más altos de capacidad cognitiva son más propensos a mostrar un pesimismo extremo. Yo tampoco veo esto como una ventaja a la hora de invertir.

Si uno es demasiado pesimista, sus beneficios serán malos a largo plazo.

De hecho, muchas de las personas más inteligentes suelen ser pésimos inversores porque son demasiado inteligentes para su propio bien.

Warren Buffett dijo una vez: "Si tienes más de 120 ó 130 puntos de coeficiente intelectual, puedes permitirte regalar el resto". No necesitas una inteligencia extraordinaria para tener éxito como inversor".

En mi opinión, hay dos tipos principales de errores a la hora de invertir:

Algunas personas son ingenuas ante el hecho de que no saben lo suficiente sobre los mercados, pero actúan como si lo supieran. No saber lo que se hace es un riesgo grave.

Pero otros son tan inteligentes que llegan a confiar demasiado en sus propias capacidades. Suponen que pueden ser más listos que los mercados y que otros inversores con facilidad. El exceso de confianza puede meterte en problemas cuando careces de la autoconciencia necesaria para ver tus propios puntos ciegos.

Otro estudio publicado en 2012 analizó el sesgo del punto ciego, la idea de que las personas son mejores reconociendo la irracionalidad en otras personas que en sí mismas. Como era de esperar, descubrieron que todo el mundo tiene dificultades para ver sus propias debilidades cognitivas.

Pero los investigadores también descubrieron que cuanto más inteligente eres, mayores son tus puntos ciegos ante tus propias deficiencias:

Además, descubrimos que ninguno de estos puntos ciegos se atenuaba con medidas de sofisticación cognitiva como la capacidad cognitiva o las disposiciones de pensamiento relacionadas con la parcialidad. En todo caso, un mayor punto ciego se asociaba a una mayor capacidad cognitiva.

Los sujetos más inteligentes tenían mayores puntos ciegos ante sus propios defectos en seis de los siete sesgos cognitivos estudiados.

Como en casi todo en la vida, la clave está en el equilibrio.

Hay que equilibrar el coeficiente intelectual con el temperamento.

Hay que equilibrar el optimismo a largo plazo con la comprensión de que siempre existen riesgos a corto plazo.

Hay una diferencia entre el optimismo ciego y el optimismo racional.  Sí, creo que el mercado de valores subirá con el tiempo, pero no soy ingenuo ante el hecho de que habrá recesiones, mercados bajistas y desplomes por el camino.

La mayoría de las veces las acciones suben, pero a veces bajan.

También hay que equilibrar la confianza en uno mismo y en las propias capacidades con la autoconciencia para reconocer los puntos débiles.

Einstein dijo que hay cinco niveles ascendentes de inteligencia: listo, inteligente, brillante, genio y simple.


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Considere este y otros artículos como marcos de aprendizaje y reflexión, no son recomendaciones de inversión. Si este artículo despierta su interés en el activo, el país, la compañía o el sector que hemos mencionado, debería ser el principio, no el final, de su análisis.

Lea los informes sectoriales, los informes anuales de las compañías, hable con la dirección, construya sus modelos, reafirme sus propias conclusiones, ponga a prueba nuestras suposiciones y forme las suyas propias. 

Por favor, haga su propio análisis.


Ben Carlson, CFA es Director de Gestión de Activos Institucionales de Ritholtz Wealth Management. Autor de los libros A Wealth of Common Sense: Why Simplicity Trumps Complexity in Any Investment Plan y Organizational Alpha: How to Add Value in Institutional Asset Management, en 2017, fue nombrado en la lista de asesores financieros de Investment News 40 Under 40. En A Wealth of Common Sense trata de explicar las complejidades de los diversos aspectos de las finanzas de manera que todo el mundo pueda entenderlos.


Fuente / Autor: A Wealth of Common Sense / Ben Carlson

https://awealthofcommonsense.com/2023/12/everyone-is-irrational/

Imagen: Caltech

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