Se ha escrito mucho sobre el marcado contraste entre el mercado de valores y la "economía real".

El mercado ofreció retornos estelares en 2020. Mientras tanto, la "economía real" vio a mucha gente sufrir y sectores enteros fueron empujados al borde del colapso total.

En un artículo en el día de año nuevo, el New York Times hizo un gran trabajo al sumergirse en los números que hicieron posible este fenómeno. La construcción básica de su análisis fue mirar los ingresos personales agregados, los gastos y los ahorros de todos los hogares. 

Esto es similar a mirar las ganancias y pérdidas agregadas de los hogares en 2020. Los ingresos personales son sólo otro nombre para los ingresos, los gastos son análogos a los gastos de una empresa, y lo que sobra (los ahorros) es sólo otra palabra para los beneficios disponibles para la reinversión.

Observando la parte de los ingresos de la cuenta de resultados de los hogares, éstos cayeron mucho menos de lo que podrías haber adivinado. Y cualquier ingreso perdido fue recuperado casi 20 veces mediante el estímulo fiscal del gobierno. 


Fuente: Empire Financial Research, New York Times, Bureau of Economic Analysis


Los sueldos y salarios cayeron en 43.000 millones de dólares, pero fueron sustituidos con creces por 499.000 millones de dólares en subsidios de desempleo y 276.000 millones de dólares en cheques de estímulo. De hecho, los ingresos acumulados de los beneficios de desempleo fueron 25 veces más altos de marzo a noviembre que en el mismo período durante 2019. Este aumento se debió en parte a que había mucha más gente desempleada, pero también se debió en gran medida a los 600 dólares semanales adicionales que se repartieron hasta julio, así como a algunos programas nuevos a los que los trabajadores de la conocida como gig economy (mercado laboral caracterizado por la prevalencia de contratos a corto plazo o trabajos por cuenta propia en oposición a los trabajos permanentes) tenían derecho.

Si la magnitud de los salarios perdidos le parece pequeña, a nosotros también nos sorprendió ver que la compensación total de los empleados sólo cayó un 0,5% anual en ese período.

Pero mucho de esto se debe a quienes perdieron sus trabajos.

La pérdida de puestos de trabajo se concentró desproporcionadamente en las industrias de servicios de baja remuneración: trabajadores de restaurantes, hoteles, parques temáticos, estadios, etc. La mayoría de las personas que perdieron sus trabajos fueron personas que no ganaban mucho y que constituían una pequeña parte del total de los ingresos. Y había algún componente de los trabajadores por horas que vieron aumentos salariales, como el personal de supermercados y almacenes, que de repente se convirtieron en "esenciales", y en muchos casos obtuvieron una remuneración por hora más alta, al menos temporalmente.

Otro factor en una caída de salarios más pequeña de lo que se podría esperar es que los trabajadores de oficina, que ganan más que los trabajadores de servicios por hora, en general no perdieron sus trabajos, sólo trabajaron en casa. Y muchos de ellos en áreas en auge como la tecnología y las finanzas vieron sus ingresos aumentar materialmente. Como explica el New York Times:

"La aritmética es tan simple como desorientadora. Si un ejecutivo corporativo recibe un bono de 100.000 dólares por dirigir una compañía durante un año difícil, mientras que cuatro trabajadores de restaurantes de 25.000 dólares al año pierden su trabajo, el efecto neto en la compensación total es cero, aunque en términos humanos se ha incurrido en una gran cantidad de dolor."

Mientras tanto, el Programa de Protección de Sueldos, convirtió lo que hubiera sido una caída de ingresos personales de 143 mil millones de dólares para los propietarios (dueños de pequeñas empresas) en una ganancia de 29 mil millones de dólares.

Sume todo esto, y el ingreso personal agregado subió un asombroso $1 billón el año pasado.

Dejando de lado la parte de los ingresos, la parte de los costes de la cuenta de resultados de los hogares proporciona más información.

El no gastar en viajes, cenas y otras actividades realizadas en persona llevó a tener más dinero disponible para gastar en cosas materiales, como remodelar su casa o patio trasero con nuevos muebles, aparatos electrónicos o electrodomésticos de cocina.


Fuente: Empire Financial Research, New York Times, Bureau of Economic Analysis


Los estadounidenses no dejaron de gastar en otras cosas que no fueran comida y artículos para el hogar (excepto quizás a finales de marzo y abril), simplemente asignaron sus gastos de forma diferente. El New York Times lo desglosa, refiriéndose en el proceso a algunos beneficiarios de la pandemia como muebles de oficina para casa, bicicletas y bebidas alcohólicas de lujo.

"Los americanos gastaron muchos dólares, los que no quisieron o no pudieron gastar en servicios, en cosas. El gasto en bienes duraderos aumentó en 60.000 millones de dólares (una silla mejor para trabajar desde casa, o quizás una bicicleta nueva) mientras que el gasto en bienes no duraderos aumentó en 39.000 millones de dólares (piense en el bourbon comprado para su consumo en casa que en un universo alternativo se habría registrado como consumo de "servicios" en un bar)."

Pero la gente cuyos ingresos no se vieron afectados (o incluso aumentaron) por la pandemia no pudieron encontrar suficientes cosas para gastar su presupuesto cancelado de viajes

Recordemos que la primera ronda de cheques de estímulo de 1.200 dólares fue para mucha gente que no perdió su trabajo. Tener un billón de dólares más de ingresos en conjunto, pero menos formas de gastarlos llevó a que los ahorros subieran mucho.


Fuente: Empire Financial Research, New York Times, Bureau of Economic Analysis


De marzo a noviembre, los ahorros personales subieron un asombroso 173%. Eso es lo que pasa cuando los ingresos suben un billón de dólares y los gastos bajan 500.000 millones: los ahorros suben en 1,5 billones de dólares.

Los ahorros pueden estar en efectivo o ser invertidos. Los depósitos en los bancos comerciales han subido un 19% desde marzo. 

Pero con tasas cercanas al 0%, muchos de ellos terminaron en el mercado. Y cuando la gente pone más dinero en los mercados de lo que saca, los mercados suben. No es difícil de entender.

¿Otro lugar al que fueron los ahorros? Bienes inmuebles. La gente compró casas, subiendo el índice nacional de precios de la vivienda de S&P CoreLogic más del 8% en octubre.

Esencialmente, el aumento de los ahorros entre las personas que han evitado un gran daño económico por la pandemia está creando una marea que está elevando los valores de casi todos los activos financieros.

Como explicaba el New York Times, aunque la Fed ayudó, no se le puede dar todo el crédito por el aumento de los activos financieros durante 2020.

El artículo reconoce que la Reserva Federal fue esencial para que los mercados se estabilizaran en marzo y abril mediante sus intervenciones, pero sugiere que desde ese período, las ganancias en activos financieros tienen más que ver con el ahorro que con la acción de la Reserva Federal. Como señala el artículo, las áreas que la Fed no ha tocado explícitamente (como las acciones y el bitcoin) se han disparado.

Diríamos que si la Reserva Federal sólo hubiera estabilizado los mercados en la primavera, pero no hubiera puesto tanto estímulo monetario como para que las fuertes caídas se invirtieran rápidamente, entonces las ganancias en la segunda mitad del año podrían no haber sido tan dramáticas.

Los mercados sólo estuvieron cayendo de manera significativa durante aproximadamente un mes antes de comenzar su rápido ascenso de nuevo. El daño psicológico de la caída fue limitado por la rapidez con que se revirtió la caída. Eso fue esencial para poner a la gente en mentalidad de especular, que fue el otro gran factor que impulsó a los mercados a subir.

¿Qué pasa ahora?

Si el 2020 nos enseñó algo, es que predecir el futuro es difícil. Esta es una frase que a menudo se repetía durante mis años en hedge funds: "Si hubiera tenido el periódico de hoy ayer, todavía habría hecho el trade equivocado."

Eso es porque a veces las compañías publican números estelares que superan todas las expectativas, y sus acciones bajan de todas formas. Del mismo modo, a veces el mundo se desmorona, e indicadores económicos clásicos como el empleo y el PIB bajan, pero el mercado sube de todos modos.

Es más fácil hacer una predicción sobre la dirección de las líneas de ingresos y gastos de los hogares que predecir lo que va a hacer el mercado. Claramente, a medida que disminuye la amenaza de contagiarse de COVID-19 disminuye, más personas gastarán más en cosas como viajes, salidas a cenar, y en asistir a eventos deportivos y de entretenimiento en vivo. Cuando estas experiencias comiencen a consumirse en masa de nuevo, los trabajos perdidos asociados a ellas volverán, elevando los ingresos acumulados de los hogares.

Lo que es menos obvio es cuánto se reduce el gasto en artículos para el hogar y otras "cosas". Es probable que algunas áreas se mantengan elevadas y otras disminuyan, pero si se suma todo, la gente claramente comenzará a gastar más en conjunto una vez que tenga más opciones, lo que casi seguro significa que ahorrará menos. Ahorrar menos le quita el viento de cola al mercado, pero a menos que la gente empiece a vender acciones para financiar las vacaciones, el retorno del gasto en experiencias tampoco será necesariamente un viento de frente para el mercado.

La pregunta más importante puede ser ¿cuándo se disparará la inflación por todo el gasto y cuando le importará a la Reserva Federal? La Fed ya ha indicado explícitamente que tomará una actitud más calmada antes reaccionar a una elevada inflación cuando llegue.

 En conjunto, este año probablemente carecerá de algunos vientos de cola para el mercado de los que tuvimos en 2020. Tendremos menos estímulo, más gastos (y por lo tanto menos ahorros) y probablemente menos entradas de capital como resultado.

Por lo tanto, algunos vientos de cola se han ido, pero eso no significa que habrá grandes vientos en contra. Parece improbable que los tipos suban mucho este año según las señales de la Reserva Federal. 

Hemos pasado de un entorno con muchos vientos de cola a uno con menos, pero aún pasará un tiempo antes de que surjan vientos contrarios explícitos. Esto nos deja en un entorno menos favorable para las acciones que el que teníamos en 2020, pero lejos de ser hostil. 

Es probable que las acciones continúen subiendo, pero podemos ver más diferencias entre ellas. Este tipo de entorno podría hacer que las acciones se muevan más por los fundamentales que por la especulación este año, pero es difícil estar seguro de esta afirmación, dado que todos los traders de Robinhood movidos por el momentum están todavía al acecho.

El comodín en este entorno favorable para las acciones (aunque ligeramente menos favorable) es que el giro del Senado hacia los demócratas después de las elecciones en Georgia, significa que la Casa Blanca y ambas cámaras ahora estarán controladas por el mismo partido, y es el que recientemente quería enviar cheques de 2.000 dólares en lugar de los de 600 dólares.

Ya se rumorea que se está preparando otra ronda de estímulo. Si eso ocurre, sería muy alcista para los mercados, no sólo porque los receptores gastarían mucho de ese dinero, aumentando los ingresos de las empresas y las ganancias de las compañías en el otro lado de ese gasto, sino también porque, como vimos en 2020, algunos de esos fondos se convertirían en ahorros y a su vez en entradas de capital en el mercado. 


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Fundada en 2019 por el ex-gestor de hedge funds Whitney Tilson, Empire Financial Research tiene como objetivo proporcionar asesoramiento, comentarios e investigaciones y análisis exhaustivos para ayudar a las personas de todo el mundo a convertirse en mejores inversores.

Berna Barshay es editora del Empire Financial Daily y colaboradora de las newsletters Empire Stock Investor y Empire Investment Report.



Fuente / Autor: Empire Financial Research / Berna Barshay

https://empirefinancialresearch.com/articles/how-the-pandemic-chose-its-haves-and-have-nots

Imagen: The New York Academy of Sciences

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