Imagínese una típica noche de viernes en los años 90.
Para muchos de nosotros, nuestro entretenimiento nocturno incluiría una compañía icónica: Blockbuster Video.
Hoy en día, el nombre Blockbuster puede evocar un sentimiento de nostalgia. No se trata sólo de la marca, sino de los recuerdos de subirse al coche, ir a un Blockbuster y preguntarse qué es lo que se va a ver en casa.
Desde la apertura de la primera tienda en 1985 hasta su punto álgido en 2004, llegó a tener 9.000 tiendas en todo el mundo, con unos ingresos de casi 6.000 millones de dólares. Pero para entonces, el final ya estaba a la vista.
Blockbuster se perdió por completo un cambio importante en el negocio de alquiler de películas: el lanzamiento de un pequeño competidor llamado Netflix en 1997.
El modelo de negocio de Netflix era sencillo. En lugar de desplazarse a un videoclub, la empresa enviaba por correo a los consumidores los DVD que querían ver.
Y en 2007, Netflix cambió el juego. Comenzó a permitir a los clientes hacer "streaming" de películas directamente desde sus casas, sin necesidad de VHS o DVD.
Irónicamente, Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix por 50 millones de dólares en 2000. La empresa no aceptó el trato, posiblemente una de las peores decisiones empresariales de la historia.
Todos sabemos cómo acabó la historia.
Al tener que elegir entre el cómodo streaming de vídeo o hacer cola en una tienda Blockbuster, los clientes se apuntaron a Netflix en masa. En 2013, Netflix tenía aproximadamente 34 millones de suscriptores en todo el mundo. Hoy, esa cifra es de 203 millones.
Blockbuster, por su parte, se declaró en bancarrota en 2010, un intento desesperado de escapar de su carga de deuda de mil millones de dólares. Hoy en día, la enorme franquicia se ha marchitado hasta reducirse a una única tienda situada en un pequeño pueblo de Oregón.
Irónicamente, Netflix emitió recientemente un nuevo documental: The Last Blockbuster. Desternillante.
Cualquiera que invirtiera en su oferta pública inicial (IPO) de 2002 y la hubiese mantenido hasta ahora ha ganado más del 43.000%. Una inversión de 10.000 dólares habría dado lugar a más de 4,3 millones de dólares en la actualidad.
Fuente: Empire Financial Research
La historia de Netflix y Blockbuster es un gran ejemplo de lo que llamamos un "salto digital". Y son estos acontecimientos los que encierran algunas de las ventajas más prometedoras para la inversión.
Los saltos digitales, cuando toda una industria pasa de lo analógico a lo digital, son poco frecuentes.
Pero cuando se producen, el potencial de beneficios es enorme.
El salto digital del alquiler de vídeos al streaming en casa es un ejemplo perfecto. Pero no es el único. Basta con ver otros ejemplos.
A finales de los 90 y principios de la década de 2000, una pequeña empresa llamada Amazon inició un salto digital en el espacio minorista mediante el envío de libros a los clientes.
Rápidamente amplió su oferta inicial para incluir películas y música, y luego productos para el hogar, juguetes para niños y finalmente productos de oficina, ropa, artículos de aseo, alimentos gourmet, productos electrónicos, artículos deportivos y más.
En 2003, se estaba convirtiendo en el lugar al que acudir para prácticamente cualquier cosa que un cliente quisiera comprar. Y con ello, Amazon ayudó a definir el sector del comercio electrónico.
Hoy en día, en lugar de ir a una tienda física, muchos de nosotros simplemente compramos online los artículos que queremos. La mitad de los compradores en línea acuden primero a Amazon para buscar un producto.
El precio de las acciones de Amazon también ha mostrado los resultados de esto. Alguien que invirtió 10.000 dólares en su salida a bolsa tendría hoy más de 12 millones de dólares.
Fuente: Empire Financial Research
Negocios minoristas tradicionales como Macy's y J.C. Penney han languidecido durante años. Sears, la icónica empresa estadounidense, se declaró en bancarrota en octubre de 2018.
Y este no es el único espacio en el que hemos visto un salto digital como este.
Es posible que haya visto uno de los terminales de punto de venta ("TPV") de Square, bellamente diseñados, en uno de sus pequeños negocios locales favoritos. Yo los veo por todas partes: restaurantes, cafeterías, mi tienda local de vinos y licores, mi carnicería, etc.
Fuente: Empire Financial Research, Square
Square ha facilitado más que nunca a los pequeños comercios la gestión de sus transacciones. En lugar de exigir a los clientes que paguen en efectivo o con cheques, Square permite a los pequeños comercios aceptar tarjetas de crédito en la "caja registradora".
Pero esa no es su única mejora. La Cash App de Square es una de las mejores aplicaciones de pago disponibles en la actualidad. El diseño es limpio. Es sencilla de usar. Y permite a los usuarios enviar dinero de un lado a otro sin tener que sacar la cartera.
En otras palabras, Square está ayudando a la sociedad a alejarse del uso de billetes y monedas físicas y a acercarse a un sistema en el que todos nuestros pagos son digitales.
Y sus acciones han subido hasta un 2.000% desde su salida a bolsa.
Fuente: Empire Financial Research
O piense en Tesla.
Normalmente, cuando nos subimos a nuestros coches, tenemos que pensar a dónde vamos y cómo vamos a llegar. Pero Tesla ha cambiado las reglas del juego con su sistema Autopilot.
Con el Autopilot, los conductores pueden quitar las manos del volante y dejar que el coche se conduzca solo por la autopista. Y Tesla está en la cúspide de la automatización total. Cuando eso ocurra, los clientes podrán ir desde su casa hasta su destino sin más ayuda que la de introducir la dirección.
En otras palabras, Tesla está liderando la industria del automóvil hacia un salto digital.
Y en 2018, cuando todo el mundo decía que había que evitar a Tesla como la peste, algunos apostamos por ella. Podía ver el salto digital que se avecinaba, y sabía que había que entrar antes del salto.
Desde entonces, las acciones de Tesla han ganado más del 1.400%.
Como hemos visto, cuando se produce un salto digital, es posible obtener beneficios que cambian la vida, pero hay que entrar en las primeras etapas.
Seguro que algún gran sector se ha quedado atrás con respecto a los demás y aún no se ha digitalizado de verdad.
Ese próximo salto digital puede ser aún mayor que todos los que hemos visto antes, pues la pandemia ha forzado a muchas industrias a ponerse al día con la tecnología moderna.
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Fuente / Autor: Empire Financial Research / Jeff Brown
https://empirefinancialresearch.com/articles/how-well-profit-from-the-last-digital-leap
Imagen: Journal of Accountancy
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