Una de las lecciones más importantes que he aprendido a lo largo de más de 20 años de gestión del dinero es que, a la hora de invertir, se compran acciones, no empresas.

Cuando compras una empresa, controlas sus flujos de caja y puedes utilizarlos para lo que quieras: adquirir otras empresas, reinvertir en el negocio o pagar un gran dividendo. Esos flujos de caja son tuyos y puedes decidir cómo gastarlos.

Del mismo modo, cuando compras un bono de una empresa, estás firmando un contrato legal para que te paguen en efectivo. Ahora bien, ese contrato puede no mantenerse (si el prestamista tiene problemas financieros), pero es un contrato legal con un flujo de efectivo real e identificable para usted.

Cuando compras una acción, posees legalmente una participación en la empresa, aunque tienes prácticamente cero propiedad sobre sus flujos de caja.

El trabajo de la dirección es decidir qué es lo mejor para los accionistas.

Las empresas pueden tomar medidas para distribuir parte de sus flujos de caja a través de dividendos o recompras, pero, en su mayor parte, el valor de sus acciones viene determinado por lo que los compradores y vendedores acuerdan que vale.

Aunque parezca sencillo, cuando hay más compradores que vendedores, una acción sube, y cuando hay más vendedores que compradores, una acción baja.

¿Cuánto valen las acciones? Sólo hay una respuesta correcta: lo que alguien esté dispuesto a pagar por ellas.

Este concepto es probablemente el más importante (y el más difícil) para los inversores. Constantemente se nos dice que una acción vale la suma de los flujos de caja de la empresa, el valor de los activos o cualquier otra medida de "valor".

Pero ese es el mayor mito de la inversión.

Una acción vale lo que un comprador esté dispuesto a pagar por ella.

Durante mi primera década como inversor, luché con este concepto. Finalmente, aprendí a aceptarlo, y me abrió muchas vías para ganar dinero.

¿Cómo podemos saber el equilibrio entre compradores y vendedores? No tenemos acceso a los millones de operaciones que hay. Pero sí tenemos acceso al resultado de todas esas operaciones: el precio de la acción. Es la base del análisis técnico. Es la mejor manera de ver el equilibrio entre compradores y vendedores. 

También tenemos una forma de saber cuándo los inversores están demasiado excitados (lo que nos alerta de buenas oportunidades de venta) y cuándo son demasiado pesimistas (lo que nos alerta de buenas oportunidades de compra). 

Una de mis estrategias de trading favoritas es identificar estos momentos técnicos a través del índice de fuerza relativa ("RSI").

Cuando una acción cotiza por encima de un RSI de 70, nos indica que está sobrecalentada y que debe retroceder. Cuando cotiza por debajo de un RSI de 30, nos dice que la acción está sobredimensionada y preparada para un repunte.

Pero no sugerimos salir a comprar todos los valores cuando su RSI caiga por debajo de 30. La clave es combinar el análisis técnico con un sólido análisis fundamental de la acción.

Por ejemplo, si una empresa se dirige a la quiebra, tiene sentido que sus acciones estén extremadamente sobrevendidas. Comprar en una de estas situaciones es como prender fuego a su dinero.

La clave para ejecutar estas operaciones de RSI está en el análisis fundamental de la empresa subyacente para separar los ganadores de los perdedores. No siempre acertaremos, pero acertaremos mucho más de lo que nos equivocamos... Y ganaremos mucho más cuando acertemos que lo que perderemos cuando nos equivoquemos.

Otra lección que aprendí en mis más de dos décadas en Wall Street es que la gran mayoría de los conceptos ampliamente discutidos entre los medios financieros no tienen ningún valor cuando se trata de ganar dinero.

Uno de los más discutidos, y menos útiles, es la idea de las rotaciones del mercado.

A menudo se plantea como una discusión entre "crecimiento" y "valor", como si estuviéramos viendo un partido entre dos equipos de fútbol que se enfrentan.

De nuevo, esto es una gran falacia. Independientemente de que un sector o el mercado en general se desplome o se dispare, ciertos valores individuales de crecimiento y valor siempre subirán.

Cuando una empresa supera las expectativas, sus acciones tienden a subir... lo que atrae más la atención de los inversores.

 Piénselo así:

Estás en una balsa que se dirige a un río lleno de rápidos. Al principio, sólo unos pocos inversores están en la balsa, y usted puede navegar fácilmente por los rápidos. A medida que más gente sube a la balsa (es decir, más inversores se amontonan en las acciones), ésta se vuelve menos estable. De repente, incluso una pequeña serie de rápidos puede hacer que muchos salgan volando de la balsa (es decir, que las acciones caigan). 

Las empresas que tienen problemas tienden a tener menos gente en la balsa. El resultado es que las acciones "ligeramente poseídas" (o incluso con muchos "cortos") comienzan a llamar la atención.  

El resultado es lo que se llama una "rotación del mercado".

Piense en los casos en los que los grandes ganadores del mercado se toman un respiro, y los rezagados empiezan a ponerse al día. En otras palabras, las "balsas" más concurridas han lanzado a los inversores al agua, y han empezado a nadar hacia las menos concurridas.

Esto puede ser extremadamente frustrante para los inversores, ya que lo que funcionó durante un periodo anterior ya no funciona.

He operado durante grandes acontecimientos del mercado, como el colapso de Long-Term Capital Management, la caída de Lehman Brothers, la tragedia del 11 de septiembre y otros acontecimientos importantes que movieron dramáticamente los mercados. En otras palabras, he visto todo tipo de acciones de precios en todo tipo de entornos económicos diferentes.

Y mis años en Wall Street me han enseñado a ignorar el ruido y a centrarme en comprar ganadores a manos llenas. Eso significa centrarse en las empresas de primera categoría cuyas cotizaciones sufren un tropiezo a corto plazo.

Y en épocas de alta volatilidad, como la que estamos viendo ahora, es un momento ideal para poner en marcha esta estrategia.


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Lea los informes sectoriales, los informes anuales de las compañías, hable con la dirección, construya sus modelos, reafirme sus propias conclusiones, ponga a prueba nuestras suposiciones y forme las suyas propias. 

Por favor, haga su propio análisis.



Fundada en 2019 por el ex-gestor de hedge funds Whitney Tilson, Empire Financial Research tiene como objetivo proporcionar asesoramiento, comentarios e investigaciones y análisis exhaustivos para ayudar a las personas de todo el mundo a convertirse en mejores inversores.



Fuente / Autor: Empire Financial Research / Enrique Abeyta

https://empirefinancialresearch.com/articles/the-biggest-myth-in-investing

Imagen: Money

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