Los retos del COVID-19 y un entorno prolongado de bajos tipos de interés han hecho que muchos inversores se cuestionen sus asignaciones de renta fija. Desde una perspectiva europea, seguimos viendo muchas oportunidades potenciales en el año que viene y más allá.

La inflación está sin duda en la mente de muchos inversores, dado que parece que será un año de mayor crecimiento en muchas economías, en medio de una continua recuperación de la pandemia. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. han subido ante la amenaza de la reflación, y los rendimientos de los bonos en Europa han seguido el mismo camino.

Nuestra opinión es que los tipos de interés no van a subir en Europa de forma significativa este año. Aunque parece probable que veamos una subida de la inflación en Estados Unidos, gran parte de ella podría ser transitoria y limitarse a ciertos sectores. Mientras que en Europa, en nuestra opinión, las posibilidades de tener una inflación duradera siguen siendo increíblemente bajas.

La tasa de inflación de los precios al consumo de la zona euro fue del 0,9% interanual en enero de 2021, repuntando tras varios meses de lecturas negativas. El Banco Central Europeo (BCE) ha previsto que la inflación de la eurozona aumente hasta el 1,3% en 2023, pero lleva años excediéndose en sus predicciones. Aunque la inflación podría subir un poco desde los niveles actuales, no significa que vaya a ser algo lo suficientemente grave como para asustar al mercado de bonos o hacer que el BCE cambie el rumbo de su política.

La realidad es que la recuperación del COVID-19 tardará varios años en Europa en volver a los niveles anteriores a la pandemia. En este tipo de entorno, creemos que el BCE va a seguir siendo muy acomodaticio y es probable que continúe con su programa de compra de activos, que ha inundado el mercado de liquidez. Dada la probabilidad de una recuperación lenta, no vemos que los tipos de interés suban en la zona del euro durante al menos cinco años. Recordemos que Europa tardó más de una década en volver a estar donde estaba antes de la crisis financiera mundial de 2008-2009.

Creemos que las autoridades europeas están aprendiendo las lecciones del pasado y ahora están más dispuestas a gastar cuando deben hacerlo, cuando la economía está débil.

Por supuesto, la política en la eurozona siempre es algo que los inversores deben vigilar. Con la salida de la canciller alemana Angela Merkel este año, hay un vacío de poder en la cima y será interesante ver quién lo llena. El ex presidente del BCE, Mario Draghi, ha vuelto a la lucha política al convertirse en primer ministro de Italia el 13 de febrero. Creemos que es un paso positivo para toda Europa, ya que es uno de los políticos más respetados en Europa y está impulsando muchas reformas a nivel europeo, además de las reformas en Italia. Creemos que será muy interesante seguir esta nueva dinámica política y podría tener verdaderas ramificaciones en el funcionamiento de la UE y de los gobiernos europeos, lo que podría repercutir en los mercados. Creemos que habrá una mayor centralización del control, lo que es realmente importante porque significa que Europa será mucho más invertible para el público mundial, en particular dada la gran emisión de deuda paneuropea de la UE vinculada a la respuesta a la pandemia.

La crisis del COVID-19 ha reorientado a muchos inversores. Uno de los ámbitos que está recibiendo más atención es el de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Los inversores se preguntan: ¿qué puedo hacer para que mis inversiones sean más sostenibles? ¿Qué puedo hacer con el dinero de mis inversiones para ayudar a mitigar el cambio climático? Creemos que estas cuestiones cobrarán aún más importancia en los próximos años e impulsarán más flujos de inversión. Eso no significa necesariamente que haya que invertir sólo en empresas con las mejores puntuaciones en materia de ESG.

Buscamos activamente empresas que tengan trabajo que hacer en este ámbito, pero que estén abiertas a un cambio positivo. Tal vez tengan una mala huella de carbono o problemas sociales perjudiciales, pero la dirección lo reconoce y ve la necesidad de mejorar en estas áreas. Este tipo de empresas pueden añadir mucho alfa y valor a medida que mejoran. No ocurre de la noche a la mañana, pero a lo largo de varios años y con un compromiso continuado, podemos ver grandes avances en este ámbito. Hay muchos emisores corporativos que se encuentran en una fase muy temprana en cuanto a abordar los aspectos ESG; si están dispuestos a comunicar y comprometerse, lo vemos como algo muy prometedor.

Todo ello nos lleva a creer en la importancia de un enfoque activo. En nuestra opinión, durante los próximos 12 a 18 meses, es probable que los mercados de bonos sean volátiles. Por ello, creemos firmemente en el valor de la gestión activa; los inversores deben ser ágiles y pueden necesitar hacer cambios en la cartera para generar alfa. También creemos que es importante tener un colchón de liquidez para desplegarlo cuando surjan posibles oportunidades.

Aunque hay posibles vientos en contra e incertidumbres, seguimos viendo nuevas oportunidades en la renta fija europea. Creemos que algunos bonos de alto rendimiento con calificación doble B resultan bastante atractivos en Europa, por ejemplo, como parte de una estrategia de barbell (dividir la cartera de inversión en dos partes: una, con un riesgo muy reducido, sin volatilidad, y la otra, con un nivel de riesgo elevado, aunque siempre dentro de cierta ponderación, sin arriesgar en exceso) con algunas inversiones de menor riesgo y otras de mayor riesgo dentro de una cartera. Y no sólo buscamos oportunidades en la eurozona, sino en toda Europa, incluidos los países de Europa emergente. En nuestra opinión, la renta fija sigue funcionando como un diversificador en tiempos de estrés en el mercado, y no estamos completamente fuera de peligro en lo que respecta a las consecuencias de la pandemia.


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Fuente / Autor: Advisor Perspectives / David Zahn

https://www.advisorperspectives.com/commentaries/2021/03/01/coming-out-of-covid-19-a-look-at-interest-rates-and-inflation-in-europe

Imagen: Universitat Potsdam

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