Algunos riesgos no desaparecerán pronto para los mercados emergentes, independientemente de la opinión abrumadora de los inversores y estrategas de que 2021 será un año de recuperación.
Aunque la turbulencia desencadenada por el brote de coronavirus ha dado paso al optimismo de que las vacunas y la generosidad de los bancos centrales mantendrán la reactivación, es probable que unos pocos temas sigan dominando las economías en desarrollo que en conjunto representan 30 billones de dólares, o alrededor del 34%, del PIB mundial.
1. Avance de la vacuna
Tras detenerse gran parte de la economía mundial en 2020, hay un creciente optimismo de que las múltiples vacunas ayudarán a controlar la pandemia. Sin embargo, bancos como HSBC advierten contra el exceso de entusiasmo, ya que la disponibilidad y la distribución en los mercados emergentes pueden ir a la zaga de sus pares desarrollados. Los países más ricos han asegurado amplios acuerdos de suministro, mientras muchos países en desarrollo pueden tener que confiar en grupos internacionales que han prometido hacer que las vacunas sean asequibles. La logística del transporte, la distribución y la administración de las mismas requiere una infraestructura avanzada y unos conocimientos médicos que tal vez no estén disponibles en todos los países.
2. Calibrando potenciales giros de política monetaria
Los bancos centrales de los mercados emergentes siguieron a sus homólogos desarrollados en la reducción de los tipos de interés hasta alcanzar niveles mínimos históricos este año, y en conjunto se suavizaron más que durante la crisis financiera de 2008. Algunos de ellos incluso copiaron una página del libro de jugadas de los mercados desarrollados comprando bonos. Ahora, a medida que se extienden las vacunas y aumenta el riesgo de inflación, algunos responsables políticos se verán presionados a invertir el rumbo, un tema que se pondrá cada vez más de relieve en 2021, según Jean-Charles Sambor, responsable de la renta fija de los mercados emergentes en BNP Paribas Asset Management en Londres.
3. Una montaña de deuda
El estímulo sin precedentes en los mercados emergentes llevó los niveles de deuda a niveles sin precedentes. Brasil, por ejemplo, está gastando el equivalente al 8% de su producto interno bruto para contrarrestar el impacto del coronavirus. En 2021, la atención se centrará probablemente en cómo esas naciones pagarán por todo ello. Ya hay señales preocupantes. Moody's Investors Service predice que la carga de la deuda de Turquía subirá por encima del 40% del PIB en 2020 desde el 32,5% del año pasado. Sudáfrica acaba de ver reducida su calificación crediticia debido al empeoramiento de la trayectoria de la deuda, mientras que el creciente déficit de Colombia pone en riesgo su calificación de grado de inversión. Fitch Ratings tiene el balance más alto de perspectivas negativas netas para los mercados emergentes europeos en más de una década, mientras que Oxford Economics afirma que el aumento de la deuda pública frenará la recuperación de América Latina.
4. El giro Biden
Los activos de los mercados emergentes se han visto reforzados por la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pero crece la preocupación de que su administración pueda no ser tan positiva para muchas naciones en desarrollo a largo plazo. El rublo de Rusia se desplomó en el período previo a las elecciones de EE.UU., ya que los inversores temían medidas más duras bajo la administración de Biden. El turco Recep Tayyip Erdogan, a quien Biden ha llamado "autócrata", y el rey de Arabia Saudita Salman bin Abdulaziz también se están preparando para un entorno más difícil. El nuevo presidente probablemente buscará un alivio de las sanciones para Irán en la primera mitad de 2021 a cambio de una congelación de la actividad nuclear, mientras aumenta la retórica contra países como Arabia Saudita, Israel y Egipto, según Eurasia Group.
5. Auge de China
China ha liderado la recuperación mundial tras la pandemia, convirtiéndose en la única nación importante que ha registrado un crecimiento este año, y se prevé ampliamente que seguirá impulsando el rebote en 2021. State Street Global Markets y JPMorgan Asset Management están entre los que predicen que la administración Biden adoptará una postura más suave en el comercio con China, puliendo el atractivo inversor de la potencia exportadora asiática. Al mismo tiempo, la creciente fuerza económica de China puede envalentonarla aún más en el escenario mundial, exacerbando las tensiones geopolíticas.
6. Riesgos políticos
En el año 2020 se produjo un aumento de la agitación política interna entre las naciones en desarrollo, una tendencia que sigue siendo un riesgo clave el próximo año. Las manifestaciones en pro de la democracia en Tailandia amenazan con acabar con la perspectiva de una recuperación impulsada por el consumo, según Maybank Kim Eng Research. En la vecina Malasia, el Primer Ministro Muhyiddin Yassin, tras haber sobrevivido por poco a una moción de confianza, se encuentra bajo una creciente presión para convocar a elecciones. En Europa, Polonia se ha visto sacudida por las protestas sobre las reglas del aborto. Y en América Latina, Chile se embarcará en el proceso de reescribir su constitución mientras el gobierno de Perú trabaja para lograr la estabilidad después de que el inesperado derrocamiento de Martín Vizcarra desencadenó una ola de protestas callejeras.
7. Reestructuración de la deuda de América Latina
Los problemas de la deuda de América Latina se han disparado en 2020. Argentina y Ecuador llegaron a acuerdos con los tenedores de bonos, pero la euforia no duró mucho. Los bonos argentinos se han desplomado debido a la preocupación por la capacidad del gobierno de reavivar el crecimiento económico, y las negociaciones del país con el Fondo Monetario Internacional continuarán siendo un foco de atención el próximo año. La deuda de Ecuador también se ha desmoronado por la especulación de que el candidato de izquierda Andrés Arauz podría ganar el voto presidencial del próximo año, un prospecto que Amherst Pierpont Securities LLC dice que alimentará la volatilidad de los precios a principios de 2021.
8. Foco de atención en Turquía
Turquía tuvo su cuota de titulares en 2020, ya que la lira se depreció más que cualquier otro par, excepto el peso argentino. Las autoridades se resistieron a los aumentos de los tipos hasta noviembre, cuando el Presidente Erdogan, tras despedir al gobernador del banco central, permitió a su sustituto aumentar el tipo de interés de referencia a máximos de dos años. Aunque Erdogan se ha comprometido a seguir políticas más favorables al mercado, los inversores estarán esperando más pruebas de que el cambio de postura es real. El Gobernador Naci Agbal dijo que el país endurecerá aún más su política monetaria para frenar la inflación, siendo la estabilidad de los precios un prerrequisito clave para el crecimiento económico sostenible. Goldman Sachs Group Inc. dice que es necesario un mayor endurecimiento de la política para restaurar la confianza. Las recientes sanciones de EE.UU. no ayudan al sentimiento.
9. La angustia de África
Un remanso del panorama de los mercados emergentes cobró nueva importancia en 2020 cuando estalló una crisis de deuda en Zambia, un recordatorio para los inversores de las tensiones financieras en el continente más pobre del mundo. Tras haber contraído grandes préstamos desde 2012, Zambia se convirtió en el primer país africano que incumplió sus obligaciones durante la pandemia, después de que los tenedores de bonos se negaran a congelar el pago de los intereses. El gobierno está en conversaciones con el FMI y se ha comprometido a restaurar la credibilidad del presupuesto. Carmen Reinhart, economista jefe del Banco Mundial, ve muchas economías de bajos ingresos y varios mercados emergentes en riesgo.
10. Inversión ética
Las inversiones vinculadas a criterios ambientales, sociales y de gobernanza dieron un paso al frente este año y se prevé que se aceleren en 2021. Las acciones y bonos enfocados al ESG se comportaron mucho mejor que los tradicionales en medio de la pandemia del coronavirus. Los gobiernos y las empresas de todo el mundo en desarrollo han vendido este año una cantidad sin precedentes de los llamados bonos sociales, títulos de deuda cuyas ganancias se utilizan para atender las necesidades humanas. Con la nueva promesa de China de abordar el cambio climático, y Joe Biden, partidario declarado de las iniciativas ambientales, los activos con bajas emisiones de carbono y libres de fósiles podrían tener un rendimiento superior el año próximo, según Bloomberg Intelligence.
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Fuente / Autores: Advisor Perspectives / Livia Yap, Aline Oyamada y Sydney Maki
Imagen: whatinvestment.co.uk
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