Hay dos formas de utilizar el dinero. Una es como herramienta para vivir mejor. La otra es como vara de medir el estatus para compararse con los demás. Muchas personas aspiran a lo primero pero se quedan atrapadas persiguiendo lo segundo.
El dinero es una herramienta que puedes utilizar. Pero si no tienes cuidado, te utilizará a ti. A veces, las cosas en las que gastas dinero tienen tanta influencia sobre tu autonomía y cordura que no está claro si tú eres el dueño de las cosas o las cosas son las dueñas de ti.
Todo el mundo puede gastar el dinero de forma que sea más feliz, pero no existe una fórmula universal para hacerlo. Las cosas bonitas que a mí me hacen feliz pueden parecerte una locura, y viceversa. Como muchas otras cosas en el mundo de las finanzas, los debates sobre el estilo de vida que se debe llevar no son más que discusiones entre personas con personalidades diferentes.
Cómo gastas el dinero puede ser un reflejo de lo que has experimentado en la vida. Para alguien que creció desairado por la pobreza, tener un coche lujoso puede ser el símbolo definitivo de lo que has superado. Para una familia acomodada, puede ser el máximo símbolo de ego e inseguridad. La gente no sólo gasta dinero en cosas que le resultan divertidas o útiles. Sus decisiones suelen reflejar las heridas psicológicas de sus experiencias vitales.
Gastar dinero puede comprar la felicidad, pero a menudo es un camino indirecto. La casa grande y bonita puede hacerte más feliz, pero sobre todo porque te facilita pasar tiempo con los amigos y la familia, y los amigos y la familia son en realidad lo que te hace feliz.
El dinero no gastado compra algo intangible pero valioso: libertad, independencia, autonomía y control sobre tu tiempo. Cada dólar ahorrado compra un cheque de garantía para el futuro.
Al mismo tiempo, algunas personas ricas luchan por gastar dinero en cosas que les harían felices porque "soy un ahorrador" se convierte en una parte tan arraigada de su identidad. Lo que pretendían que fuera una estrategia para lograr una vida mejor se convierte en una ideología a la que están obligados.
Hay casos en los que el deseo de la gente de presumir de cosas lujosas se debe a que es su única forma de ganarse el respeto y la admiración. Todo el mundo quiere respeto y admiración, sentir que importa y que le necesitan. Algunas personas que sienten que no reciben respeto por su inteligencia, humor, sabiduría o capacidad de amar recurren a intentar conseguirlo impresionando con su coche, su casa o su ropa.
Nada es tan deseado como aquello que quieres pero no puedes tener. Los bienes materiales que se hacen de rogar juegan con nuestra cabeza del mismo modo que las personas. Cuando algo que te gusta está fuera de tu alcance -casi te lo puedes permitir, pero no del todo-, adquiere una mística y exagera los sueños que tienes sobre lo mucho que esa cosa te hará feliz y resolverá tus problemas.
Las aspiraciones se filtran. Kevin Kelly dijo una vez que si se quiere saber en qué aspirarán a gastar su dinero en el futuro los grupos de renta más baja, hay que fijarse en lo que hacen hoy los grupos de renta más alta. Las vacaciones europeas eran antes el patio de recreo exclusivo de los ricos. Luego se fueron reduciendo. Lo mismo ocurrió con la universidad, la inversión en bolsa, los hogares con dos coches, el césped, los armarios empotrados y las cocinas de seis fuegos: lo que antes era un lujo de ricos se convirtió en un estándar de masas.
No existe un nivel objetivo de riqueza. Todo es relativo a otra persona. La gente mira a su alrededor y dice: "¿Qué conduce esa persona, dónde vive, qué tipo de ropa lleva?". Las aspiraciones se calibran en consecuencia.
Hay una diferencia entre cosas bonitas y cosas elegantes. Una proporciona una utilidad tangible, la otra una utilidad social. Alguien dijo una vez que un Toyota de gama alta es mejor coche que un BMW de gama básica, porque el Toyota bonito está lleno de cosas que hacen que la conducción sea más agradable, mientras que el BMW de gama básica es sobre todo estatus y derecho a presumir. Utilizar el dinero para comprar cosas bonitas está muy bien. Las cosas lujosas son un animal diferente, más complicado.
Cuanto más dinero se tiene, más difícil es saber cómo gastarlo para ser feliz. Y esa confusión se instala en niveles de ingresos bastante bajos. Luke Burgis escribe: "Después de satisfacer nuestras necesidades básicas como criaturas, entramos en el universo humano del deseo. Y saber qué desear es mucho más difícil que saber qué necesitar".
Artículos relacionados:
Considere este y otros artículos como marcos de aprendizaje y reflexión, no son recomendaciones de inversión. Si este artículo despierta su interés en el activo, el país, la compañía o el sector que hemos mencionado, debería ser el principio, no el final, de su análisis.
Lea los informes sectoriales, los informes anuales de las compañías, hable con la dirección, construya sus modelos, reafirme sus propias conclusiones, ponga a prueba nuestras suposiciones y forme las suyas propias.
Por favor, haga su propio análisis.
Fundado en 2010 por Craig Shapiro, Collaborative Fund es una empresa de capital riesgo centrada en la provisión de financiación inicial y de etapas iniciales a empresas en las áreas en las que ven las mayores oportunidades: Ciudades, Dinero, Consumo, Niños, Salud.
Fuente / Autor: Collaborative Fund / Morgan Housel
https://collabfund.com/blog/a-few-thoughts-on-spending-money/
Imagen: YouAreUNLTD
Deja un comentario
Tu email no será publicado. Los campos requeridos están marcados con **