Nuestras actitudes hacia el riesgo dependen en gran medida de factores externos, como el sexo, la edad y las experiencias personales. Pero según Dietmar Fehr y Yannick Reichlin también de con quién nos relacionamos.

Hace casi 20 años, el filósofo y provocador francés Alain de Botton publicó su análisis de cómo el capitalismo, la desigualdad de ingresos, la democracia y los medios de comunicación conspiran para crear ansiedad por el estatus. Su argumento era que en nuestra sociedad moderna todos nos comparamos con los demás. Esto, a su vez, conduce a un consumismo excesivo o, como dice el refrán "gastar dinero que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos para impresionar a gente que no nos gusta".

Por supuesto, de Botton no identificó un nuevo rasgo humano aparecido en el siglo XXI. Sólo fue lo suficientemente inteligente como para darle al emperador suficiente ropa nueva como para escribir un libro de gran éxito. Somos intrínsecamente competitivos, y siempre comparamos nuestra situación con la de nuestros amigos, familiares y otras personas de la sociedad.

Sin embargo, lo que ha cambiado en el siglo XXI es que ahora tenemos medios de comunicación que nos permiten comparar nuestra situación con la de millones de personas en todo el mundo. En los siglos XIX y XX no teníamos FOMO (Fear of Missing Out, miedo a perdérnoslo), o al menos no en la misma medida que hoy.

Lo mismo ocurre con los inversores y los gestores de fondos. Gracias a las modernas bases de datos y al trabajo realizado por los consultores de inversión, hoy en día cada gestor de fondos se compara con una miríada de fondos de todo el mundo con características similares. Entonces, ¿qué hacen estos gestores de fondos cuando empiezan a sentir ansiedad por su estatus porque su fondo tiene un rendimiento inferior al del grupo de referencia?

Bueno, no lo sabemos exactamente, pero sí sabemos que los gestores de hedge funds están por debajo de su marca de agua y, por lo tanto, en riesgo de perder su comisión de éxito, tienden a aumentar la asunción de riesgos en sus fondos o a cerrar sus fondos y abrir uno nuevo.

Los inversores privados, por su parte, se limitan a aumentar la asunción de riesgos para alcanzar a los que están más arriba que ellos. El estudio mencionado anteriormente de Fehr y Reichlin puso a las personas en una posición en la que se les hizo creer que su riqueza se encuentra entre el 10% y el 20% más bajo de su grupo de pares. Luego se les pidió que participaran en decisiones de inversión arriesgadas con diferentes niveles de riesgo. Al igual que en los mercados financieros, las opciones de inversión se diseñaron para ofrecer mayores rendimientos esperados a cambio de mayores niveles de riesgo.

Y adivinen qué, las personas a las que se les hizo creer que se encontraban entre las personas más pobres de su grupo de iguales asumieron de media un 18% más de riesgo en sus decisiones de inversión que las personas a las que se les hizo creer que estaban por encima de la media en cuanto a riqueza. La ansiedad por el estatus desencadenó una mayor asunción de riesgos para ponerse a la altura de sus compañeros.

Pero había un grupo de personas que aumentaba aún más su asunción de riesgos, nada menos que un 34%. Las personas que creían que la suerte no está en sus manos, sino que la decide el destino, los presagios u otros factores externos, estaban aún más dispuestas a asumir riesgos que las personas que pensaban que son responsables del resultado de sus acciones.

Así pues, si usted tiene dinero y quiere confiárselo a un gestor de fondos profesional, la lección que debe tener en cuenta es no dárselo a gestores de fondos supersticiosos. Es más probable que corran mayores riesgos, puesto que ya tienen preparadas sus excusas cuando las cosas van mal. Nunca es culpa suya, siempre hay alguna razón externa.

Y si usted mismo es gestor de fondos, tenga en cuenta que la ansiedad por el estatus puede llevarle por el mal camino y tentarle a asumir riesgos que no habría tomado si no hubiera comparado su situación con la de otros fondos.


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Considere este y otros artículos como marcos de aprendizaje y reflexión, no son recomendaciones de inversión. Si este artículo despierta su interés en el activo, el país, la compañía o el sector que hemos mencionado, debería ser el principio, no el final, de su análisis.

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Joachim Klement es un estratega de inversiones con sede en Londres que trabaja en Liberum Capital. A lo largo de su carrera profesional, Joachim se ha centrado en la asignación de activos, la economía, las acciones y las inversiones alternativas. Pero sin importar el enfoque, siempre miró a los mercados con la lente de un físico entrenado que se obsesionó con el lado humano de los mercados financieros. Comparte sus amplios conocimientos en su blog Klement on Investing.


Fuente / Autor: Klement on Investing / Joachim Klement

https://klementoninvesting.substack.com/p/status-anxiety

Imagen: Cenyt Hospital

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