El término "contabilidad mental" fue acuñado por el economista conductual Richard Thaler y describe la inclinación a clasificar y tratar el dinero de forma diferente, dependiendo de dónde proceda y cómo se gaste.

En su libro Nudge, Richard Thaler cuenta la historia de Dustin Hoffman y Gene Hackman, que en sus comienzos eran actores que luchaban por pagar sus facturas.

Un día, Gene Hackman estaba de visita en el apartamento de Dustin Hoffman. Poco después de llegar, Hoffman pidió a Hackman un pequeño préstamo de 5 dólares. Hackman accedió, pero entonces fue a la cocina y encontró una hilera de tarros llenos de dinero en la repisa de la cocina. Un tarro tenía la etiqueta "Alquiler", otro "Entretenimiento", otro "Libros" y así sucesivamente. Hackman preguntó a Hoffman para qué quería un préstamo si tenía todo ese dinero. Hoffman respondió señalando el tarro de la comida, que estaba vacío.

La historia ilustra perfectamente la contabilidad mental, que es el equivalente "doméstico" de la contabilidad financiera. La gente crea cuentas de gastos en su cabeza, con presupuestos implícitos para actividades como ocio, viajes y ropa. Si hay un gasto excesivo en un área, la contabilidad mental detendrá las compras en esa área, pero seguirá gastando alegremente en otras.

Utilizamos la contabilidad mental con fines de autocontrol, pero a veces este autocontrol tiene un coste.

Aunque mucha gente utiliza la Contabilidad Mental, pocos se dan cuenta de sus deficiencias lógicas.

En un estudio concreto se descubrió que si una persona compra una entrada de cine de 10 dólares y luego la pierde, sólo el 46% de las personas repondría la entrada. Sin embargo, si una persona pierde 10 dólares en efectivo antes de comprar la entrada, el 88% de las personas afirman que comprarían la entrada.

Esto se debe a que perder 10 dólares en efectivo se considera una pérdida para la cuenta de "gastos generales", mientras que perder un billete y comprar otro cuesta 20 dólares de la cuenta de ocio, lo que resulta caro.

Otra peculiaridad de la Contabilidad Mental es que la gente puede tener dinero ahorrado en una cuenta de ahorro a bajo interés para unas vacaciones, mientras sigue teniendo una deuda importante con la tarjeta de crédito a alto interés.

La contabilidad mental también explica cómo gastamos nuestros impuestos. Mientras que el sueldo se utiliza normalmente para pagar las facturas diarias, la devolución de impuestos se considera una bonificación o "dinero encontrado". Así, la gente se siente libre para gastarlo en artículos discrecionales, como un televisor nuevo.

Otro ejemplo de contabilidad mental es el "efecto del dinero de la casa", que recibe su nombre de la frase "jugar con el dinero de la casa". Su premisa es que las personas están más dispuestas a asumir riesgos con dinero que han obtenido fácil o inesperadamente, de una manera "fácil de obtener y fácil de gastar".

El dinero fácil puede venir del juego, de ganar un concurso, de la venta de una casa, de una operación bursátil muy rentable o de una herencia inesperada.

En los mercados bursátiles, el efecto "dinero de la casa" puede observarse tras una operación de gran éxito, en la que los operadores suelen utilizar sus ganancias para comprar más acciones de alto riesgo. Este efecto se observó durante la burbuja de las puntocom, cuando los operadores que habían visto cómo sus acciones se multiplicaban utilizaban ese dinero para comprar la siguiente acción de moda, con la esperanza de obtener un éxito similar.

Este efecto contrasta con la forma en que la gente maneja el "dinero duramente ganado", donde a menudo se duda en comprar acciones arriesgadas. La razón es que la persona es consciente del trabajo que le ha costado ganar ese dinero y no quiere perderlo.

Aunque la forma en que tratamos el dinero de la casa y el dinero en efectivo ganado con esfuerzo puede ser muy diferente, la realidad es que ambos son iguales, en el sentido de que siguen siendo dinero.

Cuando se trata del dinero de la casa, siempre debemos pensar que es lo mismo que el dinero ganado con esfuerzo. Y de ese modo, nos hará utilizarlo con prudencia.

Hacer un presupuesto es algo estupendo, pero debemos ser conscientes de la contabilidad mental. He aquí cuatro formas de hacerlo:

  1. Recordar que cada euro que poseemos es igual a cualquier otro euro que tengamos.

  2. Piense siempre que el dinero "fácil de ganar", como primas o devoluciones de impuestos, es el mismo que el dinero ganado con esfuerzo.

  3. Si tiene una operación bursátil de gran éxito y quiere cobrarla, no invierta sus ganancias en otras acciones de riesgo. En su lugar, compre ETF de bajo riesgo o fondos gestionados para garantizar la conservación de su dinero.

  4. Si tiene ahorros a bajo interés pero también un saldo de tarjeta de crédito a alto interés, considere la posibilidad de pagar el saldo de su tarjeta de crédito con sus ahorros. Esto le ayudará a eliminar los altos intereses de su tarjeta de crédito. Una vez hecho esto, siga ahorrando.


Artículos relacionados: 

Estilos de vida

¿Por qué los ricos no son más felices?


Considere este y otros artículos como marcos de aprendizaje y reflexión, no son recomendaciones de inversión. Si este artículo despierta su interés en el activo, el país, la compañía o el sector que hemos mencionado, debería ser el principio, no el final, de su análisis.

Lea los informes sectoriales, los informes anuales de las compañías, hable con la dirección, construya sus modelos, reafirme sus propias conclusiones, ponga a prueba nuestras suposiciones y forme las suyas propias. 

Por favor, haga su propio análisis.


Fuente / Autor: InvestSMART / Philip Bish

https://www.investsmart.com.au/investment-news/mental-accounting-and-the-jars-of-money-in-our-head/151701

Imagen: The Washington Post

COMPARTIR:

¡Este artículo no tiene opiniones!


Deja un comentario

Tu email no será publicado. Los campos requeridos están marcados con **

Aprender jugando

El cociente de adversidad